Carta de Paulina Zavala Sobre El Secuestro de su Pariente
¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya?
Tantas voces se alzaron en repudio a este nuevo secuestro, no menos deleznable que los anteriores -ante los que también se levantaron innumerables voces. En protesta y con impotencia.
Algunos nos tocan más que otros por ser de gente conocida, pero todos nos causan la misma sensación a los testigos.
Lo más acertado en pocas palabras que leí con respecto a este último, fue la frase "Todos somos Fidel". Porque todos estamos expuestos -no a ser secuestrados necesariamente, pero sí a recibir en mayor o menor grado los coletazos del odio. A recibir golpes de parte de gente que es millonaria en amargura y en armas.
No voy a agregar a todo lo que ya se dijo, a lo mucho que ya sabemos sobre cómo se llegó a esta situación o porqué sigue creciendo.
Ya estamos demasiado conscientes de la parálisis, de la ceguera axiológica de ese Paraguay.Quiero enfocarme en el otro Paraguay -y sí, los dos coexisten de forma extraña, y nos engaña que los lapachos florecen en ambos.
Siento una urgencia terrible de hacerlo aprovechando esta coyuntura, más que nunca.
Hay un país hermoso además del grotesco pantano que nos es inevitable transitar muchas veces.Quiero hablar del Paraguay que tiene muchas, muchas familias como los Zavala.
Esta es de tradición ganadera, fuente de trabajo de numerosos compatriotas. Una familia conocida, querida, respetada, trabajadora.En este otro Paraguay hay muchas "Familias Zavala" trabajando en otros rubros, en todos los estratos sociales.
Hay empresarios que no evaden impuestos ni promueven favoritismos.
Hay músicos que viven de su arte y vuelven en bus a sus casas porque no se trata de cuánto ganan, sino de hacer lo que les apasiona.
Hay héroes anónimos trabajando de forma voluntaria por los más necesitados.
Hay albergues infantiles que sólo cuentan con donaciones de gente de buena voluntad, y siguen en pie.
Hay padres que adoptan chiquitos pobres y los tienen como herederos y no como criaditos.
Hay campesinos ocupados en cultivar sus pequeñas parcelas de tierra y no en violentar a los demás.
Hay campesinos que insisten en compartir contigo su plato de comida, el mismo plato que no sabrán si estará vacío la próxima semana.
Hay gente entrenando gente dentro de su pequeño círculo de influencia, por amor a su causa.
Hay paraguayos desafiando paradigmas, rompiendo esquemas, abriendo puertas.Hay grupos enteros en este país que tocan a los "inmundos" de nuestro tiempo, y colocan unbálsamo de tolerancia en sus muchas heridas de juicio y desprecio -y no lo hacen sólo enNavidad- como limosna obligatoria, sino como estilo de vida.
Hay compatriotas entendiendo de qué se trata el amor y desaprendiendo dogmas separatistas.
Hay jóvenes que saben divertirse sin entrar en coma alcohólico, sin degradarse a sí mismos o a los demás.
Hay matrimonios que duran toda la vida en feliz monogamia.
Hay familias que educan con ejemplo y sin violencia.
Hay padres que aceptan la disciplina que se les da a sus hijos en el colegio si es merecida.
Hay chicos que dan su asiento a los mayores en el bus.
Hay automovilistas que no creen en la prepotencia impune.
Hay personas que evitan actuar mal aún cuando nadie las ve.
Hay gente que rechaza dinero o posiciones si éstas comprometen sus principios.
Hay quienes hacen donaciones anónimas para causas nobles porque entienden que no se trata de ellos.
Hay gente que fue víctima de corrupción, abandono, violencia, discriminación y otros males, y cambia su historia en vez de buscar cómo vengarla.
Hay todo esto en este Paraguay dual, doy fe, porque soy testigo de ello, y beneficiaria de sus influencias.
Si sos residente de este otro Paraguay, celebro tu vida. Celebro cada una de las veces que renunciaste a pagar mal por mal, y aún en medio de la rabia decidiste no ser tan bajo como la gente que te hirió.
Celebro que te levantes, que vivas, que trabajes y que progreses. Celebro que "no te dejes vencer por el mal, sino que venzas al mal con el bien" (Rom. 21:12)
Si sos residente de este otro Paraguay, te pido que hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para que nuestra versión del país siga creciendo. Lloremos juntos ante lo que escapa de nuestro control.
Luchemos por lo que sí podemos cambiar. Progresemos, disfrutemos del fruto de nuestro esfuerzo.
Miremos alrededor. Sembremos amor, diseminemos buenas noticias, sanemos relaciones, denunciemos las cosas malas independientemente de quién las haga.
Juntémonos con los que promueven principios de bien, independientemente de que sus formas y métodos sean diferentes a los nuestros. Seamos forjadores y no víctimas de este país.
Hagámoslo, por nosotros, por Fidel, por los que sufrieron antes, por los que sufren ahora.
Hagamos crecer el país que sí queremos.
Si sos residente de este otro Paraguay, por favor hacé correr la voz.
Promové el cambio de mentalidad, nos lo merecemos.
Y si no somos mayoría en número, no importa: jamás subestimemos el poder que tiene la calidad sobre la cantidad.
Paulina Zavala
Senador Long 311 e/ Andrade
Asuncion, Paraguay
tel: 595-21-613-933
cel: 595-981-844999
COMENTARIO:
Es cierto Paulina, pero Paraguay está como está por un pasado histórico concreto. Sé que tu familia apostó por un cambio que no es ni va a ser el que todos queríamos desde nuestros distintos puntos de vista, porque no se trata de intenciones, sino de realidades. Lamentablemente la mafia que sigue reinando en el país y que se resiste a dejar su dominio le ha elegido a Fidel como su víctima de turno, mañana de alguna forma seremos las víctimas nosotros también, sea por secuestros, por coimas, por asaltos, por estafas, sea por intoxicación con agrotóxicos, sea por crisis alimentaria, por crisis climática, sea por la falta de acceso a la tierra para el cultivo de alimentos baratos para todos; idea rechazada por personajes oscuros concretos empotrados en el Parlamento, sea por policías corruptos, defendidos por jueces tan corruptos como ellos y repuestos en sus cargos para seguir engañando y robando como polibandidos. La mafia no quiere ceder y al contrario, quiere perseguir a los que piensan distinto, a los que ofrecen alternativas distintas que modifiquen el conjunto de todas las cosas, porque no basta intentar cambiar una manzana si ya todo el cesto está lleno de frutas podridas. No bastan las buenas intenciones de algunos frente a los perversos planes sistemáticos de otros bien preparados y apoyados a nivel mundial incluso.
Alejandro Sánchez
Pacifista y Ecologista Revolucionario
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