Blogia
altermediaparaguay

Historia Social Paraguaya

Comunicado Por La Muerte de Monseñor Rolón

MURIÓ MONSEÑOR ROLÓN.

NOS DEJA SU EJEMPLO

ENFRENTÓ VALIENTEMENTE A LA DICTADURA STRONISTA

 

Siendo Jefe de la Iglesia Paraguaya, impuso la máxima sanción  religiosa, excomulgó a Sabino  Augusto Montanaro, Ministro del Interior de Stroessner, y al General Alcibíades Brítez Borges, Jefe de Policía, responsables directos del atropello al Colegio y al templo de Cristo de Cristo Rey, y del apaleamiento y de los maltratos a niños, jóvenes, mujeres y hombres que allí se  habían reunido en solidaridad con los presos políticas y en protesta por la presencia de Nelson Rockefeller, quien visitaba Asunción para respaldar al dictador. Corría el año 1968.  

 

Encabezando la corriente postconciliar de la Iglesia católica, asumió la opción preferencial por los pobres y marginados, y dio pleno respaldo a las ligas agrarias.

 

En protesta contra el terrorismo de Estado, se negó a continuar asistiendo al Consejo de Estado del cual era miembro nato. Y renunció a las solemnidades religiosas de Navidad y Año Nuevo con la presencia del dictador Stroessner y su camarilla militar y civil.

 

Uno de los rasgos sobresalientes de Monseñor Rolón fue su espíritu solidario con los presos políticos y con los familiares de éstos.

 

Visitaba las cárceles, las comisarías y los campos de concentración llevando apoyo moral y aliento a las centenas luchadores democráticos presos, que  purgaban en calabozos de castigo por su consagración a los ideales de libertad, justicia e igualdad.

 

Características relevantes de Monseñor Rolón fueron su sabiduría, su bondad, su compromiso con la causa popular.

 

Expresamos nuestro sentimiento de pesar por la irreparable pérdida e invitamos a acompañar sus restos mortales hasta su última morada.

 

Su límpida trayectoria y su ejemplo perdurarán  por siempre en la menta y el corazón de los luchadores e idealistas paraguayos.

 

 

 

Partido  Comunista  Paraguayo

Asunción, 8 de junio de 2010

Muere el Obispo Por La Democracia En Paraguay

 

 

 

https://altermediaparaguay.blogia.com/upload/externo-07acf06b96f22a9bf4a7cbdbfb095e4d.jpg

 

Foto de archivo de Monseñor Rolón

Tras casi un mes de internación hospitalaria falleció ayer cerca de las 21.30 el arzobispo emérito de Asunción, Blas Ismael Rolón Silvero (96). Sus restos son velados en la parroquia María Auxiliadora



soviedo@uhora.com.py

Era la noche del 6 de agosto de 1988. Acababa de concluir en la Catedral Metropolitana la misa de cierre de una nueva Procesión del Silencio. La gente comenzaba a retirarse pacíficamente, cuando la Policía arremetía a cachiporrazos contra todo civil que se le cruzara enfrente. Bastó que algunos sindicalistas entonaran Patria Querida y el popular estribillo "El pueblo, unido, jamás será vencido".

En medio de las corridas y gritos, monseñor Ismael Rolón, arzobispo de Asunción, aún vestido con los ornamentos episcopales, dejaba el altar y cruzaba la calle para encarar nada menos que al comisario Carlos Schcreiber, jefe de Orden Público. "Fui a enrrostrarle la estúpida violencia", se lee en su libro de memorias.

Así era monseñor Rolón: determinante, inclaudicable defensor de los derechos y fiel exponente de una Iglesia "no arrinconada en sus templos".

Sus marcadas posturas en contra del régimen represor del general Alfredo Stroessner (1954–1989) comenzaron cuando lo nombraron en 1966 primer obispo de la diócesis de Caacupé, desde donde comenzó a dar señales de que no se doblegaría a un régimen que conculcaba los más mínimos derechos humanos. Que llenaba las comisarías de presos políticos, imponía censura a los medios de comunicación y perseguía a quienes osaban cuestionarle.

Entre sus primeras resoluciones en Caacupé, Rolón pasó a presidir la tradicional procesión del 8 de diciembre, algo que hasta entonces lo hacía Stroessner. También dispuso que la misa de la festividad de la Virgen, de masiva concurrencia, no dependiera de la llegada del presidente, como venía ocurriendo.

En 1970 fue promovido a arzobispo de Asunción. Ya entonces había sobresalido ampliamente por su desafiante coraje y arrojo para afrontar a las autoridades políticas, en más de una ocasión, lo que muy pronto lo convirtió en el más emblemático de los religiosos del país, aliado a quienes lucharon para el sistemático desgaste del régimen.

Dos días después de asumir como arzobispo de Asunción, por razones protocolares fue a presentar saludos al presidente Stroessner. "Nos auguramos respeto, colaboración y libertad de acción", cuenta en su libro de memorias.

Igualmente, visitó a los ministros, entre ellos, al de Relaciones Exteriores Raúl Sapena Pastor, quien le expresó entonces: "Ni usted ni yo tendremos libertad de decir la verdad". En su afán de defensa de los derechos humanos, también solicitó autorización al temible ministro del Interior Sabino Augusto Montanaro para visitar las comisarías, atestadas de presos políticos. Este solo se limitó a responderle que consultaría al respecto.

En febrero de 1971 protagonizó un hecho histórico y desafiante: generó una gran crispación política al renunciar a integrar el Consejo de Estado, instancia política de la cual, por Constitución Nacional, el arzobispo era miembro nato. Tomó tal determinación invocando razón de conciencia moral y en solidaridad, "particularmente con los más pobres, oprimidos y perseguidos". El gesto le valió la acusación de perjurio por parte del Gobierno.

Ese año también impuso la excomunión al ministro Montanaro, por el apresamiento y tortura en Asunción del sacerdote uruguayo Uberfil Monzón.

VALIENTE. En 1978 se constituyó en el primer obispo que ingresó a la cárcel de Emboscada. Visitó a los presos políticos hacinados y sin proceso, por varios de los cuales abogó.

También fue él quien, con la Junta Arquidiocesana de Laicos, convocó el 30 de octubre de 1987 a una Procesión del Silencio, "en protesta por tanta violencia e injusticias". Participaron 40 mil personas. El objetivo era animar a la gente a perder el miedo y a expresarse.

En agosto de 1988 se realizó la segunda Procesión del Silencio. Pero esta vez, al final del acto, la Policía arremetió contra los participantes. La tensión entre Gobierno e Iglesia crecía. Stroessner expulsó al cura jesuita José Antonio de la Vega.

En protesta de esto y en rechazo a las violaciones a los derechos humanos, el arzobispo suspendió el tradicional tedeum, bendición especial impartida cada 15 de agosto en la Catedral Metropolitana, con presencia del jefe de Estado.

Nueve meses después de la histórica visita en 1988 del papa Juan Pablo II a Paraguay, se produjo el golpe de Estado que derrocó a Stroessner. Reclamó hombres nuevos para el país, para reemplazar a los "hombres escombros".

En julio de 1989 dejó el cargo de arzobispo de Asunción tras presentar renuncia ante el Vaticano al cumplir 75 años, edad límite para ejercer el episcopado.

Fiel a su vocación, a partir de esa fecha siguió educando y defendiendo los derechos humanos desde su hogar de retiro en el Aspirantado Salesiano de Ypacaraí, donde escribía semanalmente sus cartas pastorales tituladas Desde mi oasis.

VOCACIÓN JOVEN

Blas Ismael Rolón nació en Caazapá en 1914.

A los 13 años ingresó al Seminario Salesiano del Manga, en Montevideo.

Cursó la licenciatura en Filosofía, en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, y estudió teología en el Instituto Internacional Salesiano de Villada y Cabrera, en Córdoba (Argentina).

Fue ordenado sacerdote en 1941. Ejerció como administrador y luego como director del colegio Monseñor Lasagna, además de cura párroco de María Auxiliadora.

Después fue sucesivamente prelado y obispo de la diócesis de Caacupé entre 1960 y primera mitad de 1970, año en que fue promovido a la sede arquidiocesana el 16 de junio; ahí estuvo hasta 1989.


 


El hombre que hizo temblar a la dictadura


Obs. Publicado el 22 de mayo de 2010


Por Andrés Colmán Gutiérrez - andres@uhora.com.py |


Diciembre de 1969. La caravana de promeseros asciende la loma de Caacupé, mientras el país se estremece bajo una fuerte oleada represiva del terrorismo estatal. Los campesinos de las Ligas Agrarias son perseguidos a sangre y fuego. En los oscuros calabozos, medio centenar de presos políticos claman sordamente a una Justicia que tiene los ojos más vendados que nunca.


El dictador Alfredo Stroessner se dispone a hacer gala de catolicismo en la tradicional Procesión de la Virgen de Caacupé, cuando le comunican que el nuevo obispo de la diócesis serrana ha resuelto suspender la festividad religiosa, en protesta contra "las injusticias y falsedades de parte de los responsables del Gobierno del país". En una carta pastoral, el prelado escribe: "La Procesión de la Virgen hubiera debido significar íntima alegría de todos los hogares, pero en muchos la luz de la alegría se apagó. El temor alejó, si no es la muerte, al jefe del hogar...".


El supremo gobernante monta en cólera: ¿Quién es ese insensato obispo que se atreve a desafiarlo, privándolo de la anual exhibición ante el altar de la Virgen? "Es un salesiano, excelencia...", le contesta la voz trémula de uno de sus esbirros. "Se llama Ismael Rolón".


Aquel cura caazapeño testarudo se convierte rápidamente en uno de los mayores dolores de cabeza del tirano. El 4 de febrero de 1971, a poco de asumir como arzobispo de Asunción, monseñor Ismael Rolón renuncia a integrar el Consejo de Estado -cargo que constitucionalmente correspondía a los arzobispos-, para no avalar "la situación de crecientes abusos y patentes violaciones de derechos humanos", según justifica en una carta pública.


Habló con profética valentía cuando tenía que hablar, y actuó calladamente cuando sentía que las gestiones privadas eran más efectivas. Sus masivas "procesiones del silencio" enseñaron que la mudez puede ser más estentórea que el grito panfletario. Y definió con una certera frase para la historia ("hombres escombros") a los autoritarios y corruptos.


Tras la caída de la dictadura, en 1989, dejó su silla arzobispal, pero siguió educando y defendiendo los derechos humanos. Desde su idílico Oasis de Ypacaraí, iluminó con su palabra reflexiva la realidad cotidiana.


En estos días en que su cansado cuerpo físico se debate entre la vida y la muerte, a sus 96 años de edad, es necesario rescatar la figura de monseñor Ismael Rolón. Un compatriota digno y heroico, quien mantuvo siempre una intachable conducta moral, una coherencia y rectitud humana poco frecuente en el Paraguay.


 


Los paraguayos debemos eterna gratitud a monseñor Rolón, afirma Emilio Camacho


El asesor jurídico de la Presidencia de la República, Emilio Camacho, aseguró que los paraguayos debemos eterna gratitud al fallecido obispo Ismael Rolón. Sostuvo que el religioso supo buscar la justicia y proteger a sus feligreses.


 


"Monseñor Rolón fue un hombre fundamental en el proceso de conquistas públicas", dijo el funcionario, este miércoles, en conversación con la 780 AM. "Supo buscar la justicia, como manda la Biblia, y proteger a todos sus feligreses", añadió.


Recordó que Rolón protegió a los perseguidos políticos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954.¡-1989). Subrayó que es una figura que difícilmente se repita. "Todos los paraguayos le debemos eterna gratitud", reflexionó.


Tras casi un mes de internación hospitalaria falleció este martes cerca de las 21:30 el arzobispo emérito de Asunción, Blas Ismael Rolón Silvero (96). Sus restos son velados en la parroquia María Auxiliadora.


Una de las primeras disposiciones adoptadas por monseñor Ismael Rolón para desenmarcar a la Iglesia del poder político fue emitir como arzobispo el mensaje de Navidad desde la catedral y ya no desde el palacio presidencial, y después del presidente, como se venía haciendo hasta la Navidad de 1969.

Cuando en 1971 asumió la decisión de no asistir a las reuniones del Consejo de Estado, del cual el arzobispo era miembro nato, como protesta por las violaciones a los derechos humanos y las persecuciones del régimen hacia miembros de la Iglesia, Rolón cuenta que personalmente fue a entregar una carta a Tomás Romero Pereira, presidente del Consejo. Airado, este le espetó: "Lo que usted tiene que hacer es dejar esa cruz que cuelga de su cuello y poner en su lugar la hoz y el martillo".

En marzo de 1971, Rolón impuso la excomunión al ministro del Interior de la época, Sabino Augusto Montanaro. Fue tras el apresamiento y tortura en Asunción del sacerdote uruguayo Uberfil Monzón, y el ataque de que fueran víctimas el obispo auxiliar de Montevideo, monseñor Andrés Rubio, y el padre Lelis Rodríguez, en pleno aeropuerto Silvio Pettirossi, cuando vinieron al rescate del anterior.

En enero de 1972, en una carta dirigida a Montanaro, monseñor aboga por los presos políticos que atestaban las comisarías. "Hundimos nuestra mirada y nuestra conciencia solidaria cristiana en las prisiones instaladas en las comisarías, en donde a estas horas siguen gimiendo en desesperantes situaciones materiales y morales, hermanos y conciudadanos nuestros". Invita al ministro del interior que visite esas prisiones y disponga con urgencia disposiciones que alivien la situación de los detenidos. Solicita proceso normal y justo para ellos.

En mayo de 1972, en protesta por la expulsión por el Gobierno del sacerdote José Luis Caravias, Rolón suspende el tradicional tedeum en la catedral metropolitana, oficio religioso programado para el 15 de mayo en conmemoración de la Independencia patria.

"Cuando la libertad y los derechos que se vinculan son sistemáticamente violados; cuando la liberación es apenas una palabra; cuando el mismo pueblo cristiano y la Iglesia que lo expresa son sofocados abiertamente en el ejercicio de su vida y de su misión evangélica de liberación, no tiene sentido una celebración litúrgica de acción de gracias (...)", explicaba en una carta dirigida a Conrado Pappalardo, director de ceremonial del Estado.

En 1988 repitió la misma medida, en ocasión del tedeum del 15 de agosto, en señal de protesta y denuncia por la expulsión del padre Juan Antonio de la Vega (SJ) y otros atropellos.

En 1984, con motivo del cierre del Diario ABC, dispuesto por el Gobierno, celebró una misa en la catedral metropolitana por la libertad, con asistencia del propietario de este periódico, Aldo Zuccolillo, y los empleados del periódico. "Hasta una pareja de canillitas, con hojas en blanco en la mano participaron", se extrae de su libro de memorias.

Como luchador por los derechos humanos, Ismael Rolón recibió el "micrófono de plata" (1987), otorgado por Radio Ñandutí, en mérito al constante apoyo y defensa de la libertad de comunicación y de los DDHH. Ya en la transición democrática que comenzó en 1989, fue galardonado por el Congreso nacional, la Comisión de Verdad y Justicia y la Junta Municipal de Asunción, entre otras instituciones.


 

 

 

MURIÓ MONSEÑOR ROLÓN.


NOS DEJA SU EJEMPLO 


ENFRENTÓ VALIENTEMENTE A LA DICTADURA STRONISTA 


 


Siendo Jefe de la Iglesia Paraguaya, impuso la máxima sanción  religiosa, excomulgó a Sabino  Augusto Montanaro, Ministro del Interior de Stroessner, y al General Alcibíades Brítez Borges, Jefe de Policía, responsables directos del atropello al Colegio y al templo  de Cristo Rey, y del apaleamiento y de los maltratos a niños, jóvenes, mujeres y hombres que allí se  habían reunido en solidaridad con los presos políticos y en protesta por la presencia de Nelson Rockefeller, quien visitaba Asunción para respaldar al dictador. Corría el año 1968.  


 


Encabezando la corriente postconciliar de la Iglesia católica, asumió la opción preferencial por los pobres y marginados, y dio pleno respaldo a las ligas agrarias.


 


En protesta contra el terrorismo de Estado, se negó a continuar asistiendo al Consejo de Estado del cual era miembro nato. Y renunció a las solemnidades religiosas de Navidad y Año Nuevo con la presencia del dictador Stroessner y su camarilla militar y civil.


 


Uno de los rasgos sobresalientes de Monseñor Rolón fue su espíritu solidario con los presos políticos y con los familiares de éstos.


 


Visitaba las cárceles, las comisarías y los campos de concentración llevando apoyo moral y aliento a las centenas luchadores democráticos presos, que  purgaban en calabozos de castigo por su consagración a los ideales de libertad, justicia e igualdad.


 


Características relevantes de Monseñor Rolón fueron su sabiduría, su bondad, su compromiso con la causa popular.


 


Expresamos nuestro sentimiento de pesar por la irreparable pérdida e invitamos a acompañar sus restos mortales hasta su última morada.


 


Su límpida trayectoria y su ejemplo perdurarán  por siempre en la mente y el corazón de los luchadores e idealistas paraguayos.





Partido  Comunista  Paraguayo


Asunción, 8 de junio de 2010

El Extraño Portón del Ycuá Bolaños

Memorias de un Luchador Social




Antonio V. Pecci

apecci@uhora.com.py


https://altermediaparaguay.blogia.com/upload/externo-42fe7cacec67b5a87a471f41fa3c0f88.jpg












 




 

Salió de Paraguay cuando tenia 6 ó 7 años y durante las cinco décadas siguientes vivió en lugares tan distantes como Argentina, Brasil, Rusia, Uruguay y Rumania.

Aún así Rosa Luxe Barthe Freis siguió llevando en un rincón de su pecho su amor a la tierra que la vio nacer, a pesar de los maltratos que sufrió su padre y toda la familia detrás. Es nada menos que la hija de Obdulio Barthe, el legendario dirigente del Partido Comunista Paraguayo, quien en su lucha por la justicia y la libertad sufrió prisión y tortura en numerosas ocasiones en nuestro país y en la Argentina.

"Era un hombre de ideas amplias, siempre a favor del diálogo", me dice Rosa, una mujer culta y elegante que habla algo guaraní, mas fluidamente castellano, ruso, rumano y chino. Es filóloga y traductora profesional. Está emocionada. "Es que vengo después de 50 años, con mi hermano, para presentar las memorias de mi padre", señala.

Recuerda con nitidez cuando, en mayo de 1954, Obdulio Barthe salió de la cárcel gracias a la presión internacional y al gesto decidido del entonces jefe de Policía, Roberto L. Petit, y fue con su familia llevado a Río de Janeiro. "Allí fue recibido como un héroe y le hicieron cientos de reportajes; luego fuimos a Guatemala, donde también fuimos muy bien recibidos. Allí conoció al Che Guevara, con quien le unió una gran amistad, aunque mi padre no estaba de acuerdo con el Che sobre iniciar una guerrilla en Paraguay o en el Cono Sur, porque afirmaba que no había condiciones. Discrepaba con él en eso; incluso llegaron a discutir en buenos términos. También hizo amistad con Nicolás Guillén, el poeta cubano, quien nos salvó la vida, pues nos facilitó el asilo en la Embajada de México, adonde fuimos luego. Y de allí toda la familia fuimos a la Unión Soviética. Yo estudié allí y me enamoré de un rumano y me fui a vivir a Rumania por veinte años".

Pero, nos dice, Obdulio volvió pronto hacia el Cono Sur. "Quería estar cerca de su país, haciendo la denuncia de las represiones que se realizaban, la cantidad de presos políticos, solicitando la solidaridad internacional. Él solía visitarme en Rumania, de modo que eso me permitió conocerlo bastante en su vida y en sus actividades".

Lo que aceleró su final fue su detención en Buenos Aires, donde fue brutalmente torturado, y eso le significó un daño muy grave a su salud.

"Desde cualquier lugar que estuviere en el mundo, siempre estaba pidiendo materiales sobre Paraguay, sobre la situación angustiosa de las clases necesitadas", apunta Rosa Barthe.

Grandes personalidades y poetas distinguidos de los países socialistas y de América Latina le rindieron homenaje.

El libro

"Conocía al dedillo la historia del Paraguay y siempre tenía una libreta donde iba anotando aquellas cosas que eran importantes, y luego las iba volcando a la máquina de escribir, con la ayuda de mi madre Dora Freis, que fue también una gran luchadora. El libro es un acto de justicia con la lucha de toda una generación, que aportó para el bienestar del pueblo y que ha sido olvidada en toda la historiografía del país", opina.

"Creo que los jóvenes tendrían que echar una mirada al libro para conocer algunos momentos importantes de la historia reciente del país, y también para que puedan entender por qué un hombre como Barthe tomó ciertas decisiones", sugiere Rosa.

Inquieto y organizador, luego de la revolución del 47 --donde estuvo acompañando el levantamiento de Concepción--, Barthe ingresó clandestino varias veces.

"Él dedicó toda su vida a ideales como el progreso del país y el bienestar de su pueblo; a luchar contra la pobreza y contra la discriminación; por conseguir la igualdad de oportunidades y la inclusión social. Por eso el valor de ese ejemplo de vida", asegura.

Junto a ella un estilo de vida austero, basado en la honradez. "Se distinguió de otros revolucionarios, pues siempre optó por el diálogo; más que mandar fusilar a un opositor, le salvó la vida a Roberto L. Petit y al aviador Acosta durante la revolución del 47".

Mantuvo una larga amistad con figuras como Hérib Campos Cervera, José Asunción Flores, el Pa'i Pérez --"quien iba a visitarlo a la prisión"--, y fue respetuoso de los creyentes. "Incluso a mí nunca me dijo si yo creía o no en Dios. Yo bautizaba a mis hijas y él nunca dijo nada".

El libro resulta, entonces, un recorrido por la historia de las luchas del pueblo paraguayo entre los años 1920 a 1970, décadas que Barthe vivirá intensamente, y permite conocer la faceta de una figura famosa.

Repudio al Fascista de Lino Oviedo

Familiares de víctimas del Marzo repudian a Oviedo en su cumple

 

https://altermediaparaguay.blogia.com/upload/externo-5ee5ff316e0a7662851c30c0a3f9b200.jpg

 

 

Promotores de la campaña No pagamos impunidad "festejaron" ayer frente al PC del Partido Unace el onomástico del militar retirado. Los manifestantes pidieron justicia para los jóvenes muertos en 1999.

 

En un acto simbólico de protesta, los familiares de víctimas del Marzo Paraguayo aprovecharon el cumpleaños número 67 del general (SR) Lino César Oviedo y se trasladaron hasta el local del Partido Unace, en San Lorenzo, llevando una torta para el "festejo", que en vez de velas, tenía cruces con los nombres de los jóvenes caídos en 1999.

Los manifestantes comenzaron cantando en coro, "que los cumplas, nde infeliz; que lo cumplas, que lo cumplas, que lo cumplas, nde infeliz", ante la atenta mirada de los funcionarios de la institución partidaria, todos vestidos de gris.

EL PERSONAJE. El escrache seguía su transcurso normal y pacífico, hasta que apareció un hombre no identificado, quien se dirigió a los presentes entre insultos y loas al militar retirado.

"Asesinos y bandidos son los wasmosistas, los argañistas y ustedes mismos. El general Oviedo está libre y será presidente de la República", aseveró el señor, quien no quiso dar su nombre ni reconocer si era o no funcionario del Unace.

Mientras tanto, los organizadores del "festejo" se replegaron hasta el paseo central donde continuaron con los cánticos.

Pero el pintoresco personaje, no contento con eso, bajó la torta de la mesa de cartón y comenzó a perseguir con ella a los manifestantes, hasta tirarla en el paseo central. Posteriormente, pateó hasta la calle la mesa que estaba en la entrada. La secretaria general del Unace, Elvira Mazza, salió también a reprochar la acción de los familiares de las víctimas del Marzo Paraguayo. "Tuvieron 10 años para demostrar que era culpable y no pudieron. ¿Por qué vienen a llorar? ¿A qué vienen ahora?", alegó.

La funcionaria oviedista defendió a capa y espada a su líder diciendo que él no debe nada a nadie, por lo que la manifestación en su opinión no se justifica.

LA CAMPAÑA RECHAZA PAGAR HONORARIOS

Los organizadores de la campaña No pagamos impunidad rechazan pagar la suma de 785 millones de guaraníes en concepto de honorarios a los abogados del general (SR) Lino César Oviedo. La Corte Suprema de Justicia había rechazado las acciones de inconstitucionalidad promovidas por los familiares de víctimas del Marzo Paraguayo. Tras esa decisión de la máxima instancia judicial, estos deben pagar los gastos. Según los promotores de la manifestación, el posible cierre del juicio marca solo el primer paso en un camino que lleva al avasallamiento de los derechos humanos fundamentales. Alegan que solo buscan justicia.

Conmemoran La Muerte de Un Dirigente Campesino

Conmemorarán aniversario de muerte de dirigente campesino

 

El Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahurâ (MPRPP) conmemorará este lunes el séptimo aniversario de la muerte de su ex secretario general, el dirigente Eris Cabrera, quien tuvo activa participación en el proceso que logró detener la privatización de las empresas estatales, tras masivas movilizaciones populares en el 2002.

 

Los integrantes del movimiento harán una ofrenda floral en el Panteón de los Héroes este lunes a las 09:00, informó el actual secretario general de Paraguay Pyahurâ, Eladio Flecha.

Cabrera nació en Piribebuy, Cordillera, y estuvo vinculado durante los años ’60 a las Ligas Agrarias y a la Columna Guerrillera "Mariscal López", liderada por Agapito Valiente.

"Eris fue uno los principales propulsores de la construcción de una herramienta política que defienda los intereses de la mayoría y dedicó toda su vida a la consolidación de esa herramienta que es el MPRPP", expresó Flecha.

Recordó además que el dirigente campesino fue propulsor del "voto protesta" como una táctica para buscar un canal propio de participación política de la mayoría cuestionando el modelo de participación impuesto por el imperialismo y la oligarquía.

Cabrera, igualmente, tuvo activa participación en la articulación del Frente en Defensa de los Bienes Públicos y el Patrimonio Nacional, conformado por diversas organizaciones políticas, sociales y campesinas para protestar contra la privatización de empresas estatales.

También promovió la alianza con otros sectores de izquierda nucleados en la Plenaria Popular contra el Terrorismo de Estado. De allí surgió el Congreso Democrático del Pueblo, el cual desde el 21 de mayo del 2002 organizó movilizaciones que culminaron con la interrupción del proceso de privatización de entes estatales.

A comienzos de los años ’80, Cabrera entró en contacto con pequeños productores de la zona central y con dirigentes sindicales de la capital. Organizó jornadas de captación y capacitación de dirigentes, con charlas realizadas de madrugada durante la época de vigencia del edicto de la dictadura de Alfredo Stroessner; y en 1988 con otros dirigentes metalúrgicos, fundó el Sindicato Nacional de Obreros Metalúrgicos y Afines (SINOMA).