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¿Cuáles Deben Ser Los Fines de la Educación Paraguaya?

 

Ya se ha determinado en trabajos anteriores cuales son los fines inherentes de todo proceso educativo[1] La educación paraguaya los tiene definidos genéricamente[2] Pero como ya se ha ido mencionando, todo el sistema-plan educativo no solo está en crisis, sino que requiere una profunda reforma de alcance universal.

 

El primer punto que hay que considerar es que los fines educativos deben tener un aspecto universal o general (válido para todos) y un aspecto ubicativo, específico para Paraguay. Lamentablemente los fines  generales establecidos son universales (demasiado universales) y generalistas, pero no establecen principios ubicativos y particulares. Vale decir, son los mismos fines que se usan en Dinamarca, pero que ahí funcionan por la ubicación histórica-ambiental de dicho país. Sin embargo, esos mismos principios fallan en Paraguay porque la realidad es radicalmente distinta, sobre todo en el aspecto histórico-ambiental. Desde 1870 Paraguay siempre ha estado en relación de dependencia económica y cultural con sus vecinos y con las potencias mundiales de turno. En cambio la historia de Dinamarca ha sido muy distinta.

 

Todo fin universal  debe tener una contrapartida particular, de lo contrario se vuelve una norma inaplicable en los hechos. Esto es lo que no se observa en los fines generales de la educación paraguaya. Se debe modificar esto, agregando fines ubicativos, según la realidad histórica paraguaya. En síntesis, se puede expresar que, siguiendo una orientación epistemológica, constructivista y analéctica[3]; los fines de la educación deben tener dos partes:

 

1-     Un enunciado de tipo general-universal.

2-     Un enunciado ubicativo a la realidad histórica-ambiental de Paraguay.

 

El Fin Primordial de Toda Educación: El desarrollo de la Conciencia

 

En un trabajo publicado, anterior, he referido sobre que la historia de la humanidad se ha ido vinculando al desarrollo de su conciencia[4]. Por tanto, el fin de toda educación es el desarrollo de la conciencia humana (del homo sapiens) La conciencia es el “Conocimiento reflexivo de las cosas[5] o el conocimiento de las causalidades. En el ser humano la conciencia incluye la conciencia de sí mismo y del grupo al que pertenece; según el entorno cultural. Innatamente incluye los instintos biológicos[6] que se van modulando según la cultura aprendida y según la educación; que puede extender la conciencia hasta el universo entero. Además de los instintos biológicos, existe en la mayoría de la humanidad el llamado “instinto trascendental” o sentido religioso innato[7]; que ha permitido la evolución cultural del ser humano. Sin la educación y sin el interés en la mejora cultural (según criterios éticos universales) el ser humano no pasaría de ser como un animal: impulsivo e inmediatista; centrado solo en satisfacer sus necesidades urgentes y con creencias religiosas que serían copias de la naturaleza que lo rodea[8]. Aún hoy la civilización actual arrastra múltiples atavismos; sobre todo en la actual civilización capitalista-consumista, donde se apela a los instintos para promover el consumo y el incentivo productivo a niveles irracionales y ecológicamente insostenibles.

 

Por ello es que el desarrollo de la conciencia es lo más vital en el diseño educativo. Pero ¿desarrollo de la conciencia en qué sentido o finalidad? En el sentido del reconocimiento de las tendencias innatas, de su control y modulación socialmente constructivas (inteligencia emocional) del reconocimiento y empleo eficiente de las capacidades humanas en un determinado trabajo y, lo más importante, de la capacidad de valorar ética-crítica-constructivamente la realidad social; para generar propuestas de mejoramiento de dicha realidad. Esta última capacidad no se está desarrollando adecuadamente en gran parte del mundo y especialmente en Paraguay. La actual civilización mundial, como se ha dicho, privilegia lo primitivo antes que incentivar el desarrollo de la conciencia. Se privilegia el egoísmo y la competitividad con todos, quedando en segundo plano la cooperatividad y la fraternidad entre seres humanos. Ello provoca un estado de guerra permanente en la humanidad, por la constante lucha por obtener la mayor y mejor calidad y cantidad de recursos.

 

Se pueden mencionar muchos fines educativos, funcionales al modelo de civilización actual (capitalista-consumista) pero dicha civilización no es ni viable ni sostenible por mucho tiempo[9]. Por tanto el primordial fin de la educación, en este momento, es el de:

 

 “Crear una conciencia capaz de controlar los atavismos humanos, reorientándolos a la construcción y práctica de valores sociales éticos, críticos y constructivos,  de manera que sirvan para la generación de una nueva cultura cooperativa, pacífica, ecológica y de desarrollo integral incluyente”

 

Esta finalidad general y universal tiene tres partes: 1- La creación de la conciencia para 2- Control  y reorientación de los atavismos (instintos) humanos para la creación y práctica de una nueva ética, para 3- La creación y realización de una nueva cultura; o civilización; más cooperativa, pacífica, ecológica y con un desarrollo no solo económico (como pregona la actual civilización capitalista) sino integral (que incluya a todo y a todos) e incluyente (que tienda a incluir a los que van quedando excluidos en cada etapa del desarrollo de la cultura)

 

A partir de este fin, se puede establecer un fin ubicativo, específico para Paraguay, que claramente debe estipularse según los postulados que Paulo Freire y Martín Almada ya habían mencionado en sus obras, los mismos se podrían resumir en el  siguiente enunciado:

 

“Dotar a los alumnos de una conciencia que los libere de las relaciones histórica y sistémicamente opresivas y dependientes de los centros de poder de toda índole”

 

Con este último enunciado, libertario y social, se pueden fácilmente comprender todas las demás finalidades funcionales en lo económico y lo científico; ambos dependientes del paradigma de conciencia que la humanidad y el Paraguay desean desarrollar.

 

Abogado Alejandro Sánchez

Postgraduado en Didáctica Universitaria.

 



[3] La analéctica en el sentido de la Filosofía de La Liberación, como la definió Enrique Dussel, al determinar el momento analéctico, que expresa “…Es superación desde la trascendentalidad interna (capacidad de proyectarse más allá del yo) o la exterioridad (a un sistema social y cultural) el que nunca ha estado dentro…es realizar lo imposible para el sistema…es realizar lo nuevo, lo imprevisible para la totalidad, lo que surge desde la libertad incondicionada, revolucionaria, innovadora…” ( pag. 188, opus citado, editorial Nueva América, 1996) Se ha elegido esta parte de la definición de momento analéctico de la obra de Dussel no por ser la más descriptiva, sino por ser la más genérica y poética. Dussel entendió  la trascendentalidad interior como la bondad innata del ser humano (hoy descartada científicamente, el ser humano nace con determinados instintos, que según el ambiente en el que crece se convierten en útiles o destructivos en la sociedad) Pero en el contexto de los avances neurológicos se la entiende como la capacidad de tener conciencia más allá del yo físico e individual; a través de las facultades neuropsicológicas de empatía, intersubjetividad y creencia en una vida posterior a la existencia física.

[5] Tercera acepción del diccionario de la real academia española, ver más en http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=Conciencia La etimología de la palabra deriva de dos palabras latinas: “com” (culpa o responsabilidad) y “sciere” (saber, conocimiento) Es decir, la conciencia es conocer la responsabilidad o conocer la culpa, la causalidad; ver más en http://etimologias.dechile.net/?conciencia

[6] Sexo, comida y vanidad o el ser reconocido como líder por los demás, sobre esto último se puede leer más en http://neofronteras.com/?p=1163  , aunque se debe considerar que el estudio referido es muy parcial y extremadamente vinculado a una cultura determinada. Los comentarios expuestos al final del artículo son especialmente esclarecedores, se recomienda la lectura de los mismos.

[8] Es el estado selvático innato del ser humano, en sociedades neolíticas, que aún existen en la actualidad y se mantienen así aún estando en contacto con la civilización moderna.

[9] La actual civilización tiene una fecha límite, que está entre el año 2020 y el 2030. Más se puede ver en http://www.tendencias21.net/Una-catastrofe-ecologica-se-perfila-en-2031_a582.html La fecha estimada en el referido artículo se puede adelantar según el aumento de la destrucción ambiental sobre el planeta. Otros estudios relacionados tienen que ver con la denominada Huella Ecológica. Un artículo muy esclarecedor al respecto está en http://www.cfnavarra.es/MEDIOAMBIENTE/agenda/Huella/EcoSos.htm , http://www.ladinamo.org/ldnm/articulo.php?numero=22&id=555

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