El viernes 21 de Agosto me tocó vivir la Jornada de Gobierno Participativo en Pilar, Ñeembucú, sur de Paraguay. Prácticamente fue un hecho inédito y sorpresivo para la cultura política de la región, pero no es la primera jornada, ni será la última. Es un esfuerzo que el gobierno de Fernando Lugo hace para desarrollar un poco más el gastado modelo de democracia occidental (sea socialdemócrata, socialista o puramente liberal) Se trata ante todo de ir generando un modelo que estaba dormido pero presente en las democracias occidentales: La participación y cogobierno de la ciudadanía por medios directos, es decir, a más de la representación tenerle directamente al ciudadano como parte del gobierno mismo. Este modelo era el que concibió el padre de la democracia occidental, Jean Jacques Rosseau, en su famosa obra El Contrato Social.
Este cogobierno ciudadano directo dormía en la Constitución Nacional de Paraguay, en el artículo 1 que habla de una “...democracia representativa, participativa y pluralista...” Lo novedoso no es la participación ciudadana en el gobierno, lo novedoso es que por fin un gobierno da vida a esa parte de la Constitución paraguaya. Es un tímido comienzo porque la dinámica política en Paraguay sigue siendo la misma, solo que con menos corrupción y poco prebendarismo.
A más de haber sido un hecho político espectacular y de dejar una amplia sonrisa en la ciudadanía pilarense y ñeembuqueña, el acto sembró las primeras semillas de una conciencia democrática más avanzada. En el acto se conformaron 15 mesas-talleres para trabajar con la ciudadanía activa la agenda del gobierno en la región. En una maratónica jornada de 4 horas, se presentaron gran parte de los conflictos existentes en la zona y sus posibles soluciones, resumidos en propuestas breves presentadas en apretadísimas frases.
Por supuesto que ese gran esfuerzo tiene grandes y poderosos detractores, desde una gran “opinión publicada” que la olvida o la ridiculiza, hasta grupos que llaman a la participación ciudadana como un “acto de una dictadura disfrazada”, implantación de un modelo chavista, adoctrinamiento extremista, populismo, demagogia, socialismo del siglo XXI, etc.
Me tocó participar en la mesa de comunicación para el desarrollo, dónde grandes exponentes de la comunicación dirigían el acto. Gente que conozco desde años atrás y que siempre estuvo marginada, a pesar de sus grandes sacrificios para capacitarse y especializarse en materia comunicativa. Entre ellos el conocido Augusto Dos Santos, una persona con gran trayectoria en el periodismo educativo, ese modelo que mezcla pedagogía con difusión de noticias, actual director de la Secretaría de Comunicaciones del gobierno o SICOM.
Admirables son estas personas que con mucho esfuerzo lograron abrirse camino en la oposición a un sistema generador de pobreza y miseria, estando siempre marginados y oprimidos. Hoy por fin están ejerciendo las funciones para las que se prepararon toda su vida.
Mi participación en el taller fue crítica y hasta vehemente. Hace meses la SICOM está gerenciando el proyecto MILCO, de capacitación a comunicadores profesionales en el tema de Comunicación para el Desarrollo. A este proyecto se le suman otros más dentro del modelo de marketing social. Son proyectos de bajo impacto social, como ya muchos estudios sociológicos lo han corroborado[i]. Tanto MILCO como los otros proyectos de marketing social no tienen efectos sociales perdurables, esencialmente no transforman nada. No es una posición particular o simplemente subjetiva, es una conclusión con literatura sociológica y pedagógica de respaldo.
Por otra parte, profundizando la crítica a la visión con que se enfocan los proyectos, MILCO en el mejor de los casos solo serviría para profesionalizar, modernizar y ajustar mejor el modelo de exclusión comunicativa que sufre el pueblo paraguayo. La comunicación y los medios de comunicación de alcance colectivo seguirán siendo latifundio de unos pocos al servicio del mandamás de turno, sea el gran señor económico o político, MILCO terminará fortaleciendo y perfeccionando aún más el latifundio de la comunicación, salvo raras excepciones; como es el caso de los comunicadores comunitarios, muchos de ellos marginados sobrevivientes del sistema socioeconómico feudal imperante en Paraguay, con una profunda imposibilidad de encontrarle futuro laboral real a un modelo de capacitación profesional de la Comunicación para el Desarrollo.
Es una cuestión socioeconómica muy específica para Paraguay, los comunicadores profesionales invierten mucho tiempo y dinero en su preparación, por tanto necesitan de alguien que les retribuya la inversión realizada en su capacitación y solo los grandes poderes económicos pueden emplear a estos comunicadores, así nuevamente la gran mayoría del pueblo paraguayo queda excluida de participar en la comunicación colectiva, pero con el agravante que los latifundistas de los medios tendrán capataces con más conocimientos para manipular y someter a las mayorías. Esto incluye a los comunicadores estatales, ya que el gobierno de Lugo no será para siempre y mucho menos obtendrá la reelección por reforma constitucional. Solo modelos de comunicación social comunitarios como el de ERBOL son los que garantizan el fin de los latifundios comunicativos[ii]. Pero incluso se pueden realizar modelos más avanzados que el de ERBOL (una tímida iniciativa en Paraguay es la Red de Radios Comunitarias y Educativas de Fe y Alegría, que apenas está principiando)
Comunicación Para El Desarrollo... Pero de Todos
La solución a los latifundios de la comunicación es lo que en marketing social llaman “empoderamiento ciudadano” que no es otra cosa que la “participación activa de las mayorías” en las decisiones de alcance colectivo o público. Para esto la capacitación en Comunicación para el Desarrollo no debe ser un saber profesional para pocos especialistas, sino un saber básico que todo el mundo maneje. Este tipo de enfoque es el que se maneja en la Fundación Fe y Alegría de Paraguay, aunque parece ser con una visión exclusivamente educativa, por ser la citada fundación una organización con fines educativos[iii]. Lo que se necesitaría es una visión más amplia, que abarque todos los aspectos de la sociedad relacionados con el desarrollo.
La visión más efectiva y con más impacto social sería la integral (llamada sistémica entre los académicos) Es la visión completa sobre la dinámica social, sobre la sociedad, especialmente las mayorías marginadas y excluidas del sistema social.
Para sintetizar esta perspectiva como una propuesta proyectiva, se pueden enumerar los pasos iniciales para transformar efectivamente un proyecto de Comunicación para el Desarrollo en un plan de alto impacto social:
1- Adoptar la Visión Integral: No puede generarse verdadera Comunicación para el Desarrollo sino como parte de un plan de Desarrollo Integral dónde se insertará dicho modelo comunicativo. Esto obviamente si el concepto de “Desarrollo” significa lograr el bienestar de toda la sociedad y no solo de algunos de una manera insostenible e insustentable.
2-Adoptar Complementariamente El Enfoque de Alto Impacto Social: Es decir, comunitario o de pequeños grupos, ya que el modelo de masas es despersonalizado y uniformante, propio de un modelo propagandístico. Este modelo de masas requiere de un gran uso de recursos para obtener resultados sociales (los estudios de marketing dan cuenta de ello) En cambio el enfoque comunitario no requiere de muchos recursos y permite una mayor personalización de la comunicación, lo cual facilita la relación emisor-receptor con lo que se podría acelerar la transformación social deseada. Mucho más si la comunicación comunitaria se extiende en redes comunitarias que abarquen gran parte de la sociedad.
3-Convertir la Comunicación para el Desarrollo en un “Saber Básico”: Esto convertirá a dicho modelo de comunicación en un elemento más de la cultura social, dando una capacidad elemental para que cada ciudadano sea en potencia un comunicador que favorezca la defensa y desarrollo del bien común. La especialización comunicativa la ejercerán unos pocos, pero la capacidad de comunicar constructivamente la tendrán todos. De esta manera serán los propios ciudadanos sociales (las mayorías) las que determinarán el destino de los “latifundios comunicativos”.
Sólo con la citada visión, con el enfoque complementario ya dicho y aplicando la Comunicación para el Desarrollo como saber básico es que se puede articular los proyectos de la SICOM con otros proyectos de desarrollo social (como los de la Secretaría de Acción Social) para lograr un alto impacto social transformador.
En lo que a mí respecta, estoy trabajando en un borrador de investigación social sobre la temática, a nivel de diplomado universitario superior. Es un trabajo voluntario, como el de este aporte para el logro de un país más sano y con un mejor Futuro, especialmente para mejorar el destino de las clases marginadas por el sistema imperante en el mundo.
Alejandro Sánchez
Diplomado Postgraduado
En Didáctica Universitaria
y Educación, Ciencias y Tecnología
Comunicador Social Alternativo