Un medio ambiente medio destruido

 

Hoy es el día del medio ambiente, muchos actos, discursos, textos y conferencias técnicas, pero casi ningún debate de la raíz de casi todos los problemas de la actual humanidad: El grado de conciencia primitiva que reina en la actual cultura globalizada, esa cultura que permea a todas las culturas, incluso a la de los selváticos aislados en Polinesia y Sudamérica.

 

Esta conciencia primitiva, este pensar en forma tan brutal, se manifiesta diariamente en el acontecer político de las sociedades, la política es la cultura aplicada a las relaciones humanas. La cultura no es algo estático en el tiempo y a la vez no varía en relación a las creencias y formas de pensar de una sociedad.

 

Desde el inicio de la civilización capitalista, con la llegada de la era industrial y las fábricas, la creencia de que el ser humano es un ser sobrenatural predestinado a dominar individualmente al mundo y a los demás, se ha vuelto cada vez más fuerte y brutal. Antes en las temporales guerras declaradas no se atacaban a las mujeres y niños, salvo raras excepciones. Hoy vivimos en un estado permanente de guerras, que no se declaran y dónde el primer blanco son las mujeres y niños. Guerras de la mafia contra gobiernos progresistas, guerras de grupos político mafiosos contra organizaciones sociales y ciudadanas progresistas, guerras económicas que matan de hambre, guerras tecnológicas encubiertas entre potencias mundiales por dominar los recursos naturales planetarios, que ya están en abierto agotamiento.

 

A su vez, en la mayoría de los países supuestamente desarrollados los sistemas y procesos educativos están debilitándose, sucumbiendo en una pedagogía de puros datos y nada de reflexiones. Hace años en EE.UU. esta pedagogía formal y sobre todo no formal (medios de comunicación) ha terminado por domesticar  a las masas, que se han vuelto algo así como una gleba de señores feudales de corporaciones transnacionales. En los últimos años la Internet ha resultado buena para contrarrestar esta dominación feudal del pensamiento social, pero ya están tratando de detener a la Internet.

 

Salvo algunos países de Latinoamérica, en el planeta las instituciones y culturas democráticas se están debilitando. Basta ver el triste espectáculo de Italia, que prácticamente está al mismo nivel que países pobres en democracia. La democracia no es algo estático y conservador, la democracia es progresista o no es democracia. Lamentablemente poco o nada han progresado las instituciones democráticas en el mundo y EE.UU., este país como la mayoría de los países “democráticos” son en realidad una especie de oligocracia feudal de masas; dónde los siervos de la gleba reeligen y confirman constantemente a distintos representantes y gerentes de los señores feudales. La democracia participativa o democracia de los ciudadanos tiende a ser más democracia que el mediocre Estado Social de Derecho. Es decir, la verdadera democracia está en la Democracia Social Participativa Directa. Los representantes se elijen, pero sus decisiones nunca son legítimas ni válidas si no son confirmadas por la ciudadanía auto organizada y participativa.

 

Sin embargo, el mayor obstáculo para una verdadera democracia lo sigue siendo la conciencia primitiva que domina a la humanidad. La única forma de superar esta semi conciencia es a través de una Pedagogía Política Integral Liberadora, cuya herramienta base está en la Meditación Contemplativa Activa, excelente instrumento para desarrollar la conciencia, como bien lo ha corroborado la ciencia. Solo el desarrollo de una Conciencia Integral Expansiva puede permitir la efectividad de una Pedagogía Política Integral Liberadora, base de una Democracia Social Participativa Directa, el único sistema político capaz de generar acciones colectivas orientadas a la conservación y sustentación de la Naturaleza, de la Madre Tierra.

 

Parafraseando a Mario Bungue, en realidad son cinco los valores básicos de una auténtica democracia: Libertad, Igualdad, Fraternidad, Participación y Sostenibilidad.

 

 

 

 

Abogado Alejandro Sánchez

Activista de Derechos Humanos y Ecologista

Pacifista Solidario Internacional