Blogia
altermediaparaguay

El Caso del Abogado Fariña Desfigura La Seriedad Del Gobierno de Lugo

Impresentables

Existen circunstancias en las que callarse puede resultar un largo arrepentimiento posterior. El caso de los nombramientos desde el Poder Ejecutivo de sus representantes ante el Consejo de la Magistratura, un órgano por demás vital y delicado, es una de esas ocasiones.

La designación, en este caso del suplente, abre todas las aristas de una decisión y un procedimiento cuestionables desde la perspectiva jurídica, llegando incluso a la conducta social y ética, entendida esta última como lo esperable de personas formadas y al servicio del Estado.

El abogado personal del presidente Lugo es de quien hablamos. Un profesional del Derecho sin los 10 años de ejercicio en la materia como exige la Constitución para integrar el alto cargo en el Consejo de la Magistratura, y de triste desempeño en los polémicos casos de paternidad y demandas por filiación por parte del ex obispo.

Decenas de argumentos, al estilo leguleyo, uno más ocurrente que el otro fueron esgrimidos para defender la designación. (No pienso usar este espacio para seguir dando promoción a esos absurdos). Nada de lo que se dijo da legitimidad a lo hecho. El presidente de la República terminó nuevamente siendo "víctima" de su arrogancia, impericia e incapacidad para tomar decisiones transparentes y de selección de los más idóneos y sin tachaduras públicas para ocupar delicados cargos, como el de nombrar magistrados que harán justicia en el país.

El abogado del presidente reconoció -y esto le achacan incluso las organizaciones sociales que piden la revisión del nombramiento- que no tiene siquiera una decena de años en el trabajo de picapleitos. Tal vez su repentina notoriedad justamente deviene de la representación -a veces hasta infeliz- de Lugo ante sus posibles ex mujeres, madres de los hijos que le dicen son de él.

En aquellos días tan controversiales, ya sea con Viviana Carrilllo (a cuyo vástago finalmente reconoció por presión social), Benigna Leguizamón (a quien trató de la peor manera) y Hortensia Morán (con quien caballerosidad precisamente no demostró), el abogado del presidente destilaba soberbia y demostraba absoluto desprecio hacia la honorabilidad de madre e hijo, e incluso insinuaba situaciones políticas detrás, que nunca pudo demostrar.

Sus ex compañeros de la Facultad de Derecho sabrán pintarlo mejor. Su trayectoria nueva en los tribunales tampoco descolló en materia de relevancia, hasta que representó al presidente en los polémicos casos. Y, finalmente, todavía le falta mucho para tener el equilibrio necesario que solo la experiencia y los largos años de estudio pueden dar para ejercer tan delicado cargo. Con esto no decimos que las representaciones de los otros poderes descuellen en estas materias, pero son motivo de comentario aparte.

Uno de los argumentos esgrimidos por el -a estas alturas- cuestionado profesional, es que en su condición de suplente ni siquiera estará ejerciendo el cargo; y que su designación responde justamente a que es de extrema confianza del mandatario y que eso lo legitima; arguyendo que éste no puede poner "a un enemigo" en ese lugar. Nadie reprocha la confianza, sino la legalidad y la probidad.

La historia de la humanidad y la de este país en particular están atiborradas de ejemplos como el que estamos citando. En nombre de ser diferente, el actual Ejecutivo repite lo más deplorable de los colorados cuando estaban en el poder. El amiguismo, sin importar nada más; la intención de astucia, total nadie se va a dar cuenta, y la falta de respeto y prolijidad hacia la población, que sigue esperando un mejor gesto de gobierno y algo del cambio prometido.

0 comentarios