Blogia
altermediaparaguay

Gendarme, Gerente o Colaborador

La libertad, esa palabra a la que todos apelan y que nunca se alcanza. Al menos las mayorías, porque una minoría históricamente siempre la alcanzó, salvo las veces que era molestada por las mayorías. Pero siempre se confío y se confía en las élites. Subes arriba y todo el mundo espera de ti todo. Si no respondes como se deseaba, entonces todo el mundo te empieza a dar la espalda y luego te rechaza o te reclama en protesta. Eso no era problema hasta la llegada de la democracia moderna (la democracia griega no tenía tantos problemas porque eran pocos los ciudadanos, que eran nobles de por sí)


El ser humano siempre espera todo de los de arriba, es algo instintivo. Pero se puede aprender a no esperar tanto, ahí nace la verdadera democracia, la del gobierno participativo y descentralizado, que es más un colaborador.


De todas maneras, en casi todos los países hasta ahora existen solo dos grandes tipos de gobierno democrático: Los gendarmes y los gerentes. Los primeros responden a los intereses de los poderosos de la sociedad (los grandes empresarios y las transnacionales) reprimiendo como pueden a las mayorías, resolviendo la pobreza a fusil y metralla cuando se puede y a otros medios represivos la mayoría de las veces. Por el otro lado están los gerentes, que tratan de equilibrarse en la lucha de poderes  entre las minorías egoístas y las mayorías menos egoístas.  Al final el poder real lo tienen los que poseen más capacidad de propaganda (léase medios informativos) y la de alterar la economía de la sociedad (léase tractorazo, look out, etc.)


Está más que demostrado históricamente que los cambios más profundos y perdurables no parten de ningún gobierno, sino de las mayorías mismas. Desde Gandhi hasta Nelson Mandela, pasando por Fidel y Evo, los cambios comenzaron abajo y luego se proyectaron para arriba, para el gobierno. Pero los gobiernos no pueden seguir haciendo ese cambio, solo pueden facilitarlo.


No faltan modelos matemáticos que explican estos procesos de una forma simple pero esencial.[i] Ni estudios que marginalmente lo modelizan[ii] En definitiva, está visto que ningún gobierno realiza cambio profundo alguno, solo puede gestionarlo, no realizarlo.


En este sentido, Fernando Lugo y los miembros de su gabinete social esperan que desde abajo se dé el tan ansiado cambio estructural, pero ese cambio no sucede porque desde abajo esperan que desde arriba se facilite más el cambio. En esta ida y vuelta, los años se están yendo con una tímida reforma sociopolítica enormemente trabada por los grupos del poder real, del grupo de poder que no ha dejado el poder económico como forma de gobernar por sobre las instituciones.


Una de mis propuestas iniciales, cuando aún abrigaba esperanzas de un cambio estructural con Fernando Lugo, era el de un foro integral permanente de articulación social, una gran reunión bien organizada dónde se pudiese proyectar un tipo de país para los próximos años. El tiempo dio cuenta de lo imposible de esta propuesta, nada utópica por cierto.


Al final nos quedamos con lo mismo de siempre, solo que con una gestión presidencial gigantescamente excelente en temas como el de Itaipú, pero muy limitada en la capacidad de establecer bases ciertas para un diálogo transformador (como fue el caso de los agroquímicos y la reforma agraria) Con algunos gerenciadores sociales apaciguando un poco la miseria de la gente y no pocos protagonistas luchando contra esa corrupción que forma parte ya de muchas oficinas públicas.


La transformación estructural hacia una democracia integral o sustantiva más incluyente será un largo, muy largo proceso que solamente desde fuera del gobierno se podrá seguir haciendo.


 

Alejandro Sánchez



[ii] En el sentido que la participación cooperativa de todos los miembros generan los cambios estructurales, más en http://neofronteras.com/?p=2821

 

0 comentarios