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Un Fracasado Total

Es como un elogio al fracaso, el tabú de la civilización actual, tan egoísta y tan competitiva, que ha generado más guerras y armas como jamás se vieron en la historia de la humanidad.

 

Me refiero a los excluidos por la fuerza del sistema. A los que dieron todo de sí para que las cosas mejoraran y recibieron como premio la expulsión del sistema, por debajo de la base de la pirámide social; cuya punta es el reino de los egoístas y caníbales, porque al final todo se trata de saber aplastar y devorar los recursos de otros. La actual civilización te condena si eres pobre y robaste o mataste, pero te perdona si eres rico, aunque hayas robado y estafado a millones, quitándoles sus casas y literalmente un futuro para sus vidas (ejemplos recientes son Goldman Sachs y otros grandes aprovechadores mundiales)

 

Mi historia ha sido la historia de un altruista, de aquel que donó solidariamente su tiempo y el poco dinero que ganaba en beneficio de causas justas. Obviamente, en un país con una de las justicias más corruptas del planeta, que un abogado ejerza así su profesión es sinónimo de fracasado. Sí, lo asumo, soy un fracasado por haber ejercido la defensa de luchas dignas como la representación de víctimas de la tragedia del Ycuá Bolaños. Mi premio es estar literalmente en una situación de desempleo permanente, con ingresos personales que me sitúan por debajo de la línea de pobreza. Pero no se engañen, tengo acceso a Internet.

 

El modelo educativo universitario de Paraguay, una fábrica de ciudadanos serviles y de políticos tecnócratas que solo buscan vivir parasitariamente del pueblo, se ha convertido en un antro de especialización en cleptomanía por 60 años de gobiernos autoritarios y venales. Es un modelo educativo, académico y administrativo altamente competitivo y exitoso según los valores que rigen a la civilización actual, ya que enriquece a pocos y empobrece a todos. Mi formación familiar, mi entorno más cercano y mi desarrollo científico de la conciencia me hicieron inmune a ese servilismo antidemócrata, aunque en la práctica suelo ser muy pasivo en cierta manera ante tanto robo descarado de la vida de cientos de miles de jóvenes paraguayos. Actualmente las universidades en Paraguay, sobre todo las universidades públicas, roban por cientos de millones el futuro de los jóvenes paraguayos.

 

Roban vidas porque ofrecen masivamente profesiones inviables, es decir, dan títulos para que los paraguayos sean ilustres desempleados. Salvo las carreras técnicas relacionadas con la medicina, la psicología, la producción agropecuaria, las ciencias ambientales y la docencia liberadora popular, que son justamente las profesiones que menos se estudian. Pero incluso estas profesiones aseguran el desempleo, porque no hay una articulación universidad-sociedad-toda (ojo! No se habla de universidad-empresa) para dar trabajo a los egresados universitarios; esto porque el sistema educativo paraguayo, desde la primaria, tiene como finalidad generar dependencia y servilismo. Es un sistema educativo exitoso porque permite que las grandes empresas nacionales y transnacionales tengan trabajadores sumisos y a las órdenes del gran egoísmo que beneficia a unos pocos.

 

Si bien el modelo educativo paraguayo no se ajusta al denominado “mercado laboral” del país, es perfectamente funcional a los intereses económicos dominantes de la nación y el mundo, porque genera desempleados sumisos, perfectos ciudadanos listos para vender su futuro al mejor postor. Por suerte no estoy en una situación tan deplorable, por eso sigo de desempleado sin futuro, que estudió y hasta ejerció su profesión de abogado en la forma equivocada: En mi caso la solidaridad trasparente la estoy pagando caro al no tener futuro profesional alguno y verme obligado a dedicarme a otro menester.

 

 

Quizás sea demasiado altruista, quizás realmente tenga un enorme afán de la única y verdadera libertad (la socioeconómica, no la meramente política) Pero tengo ganas de que de una vez por todas fracase rápidamente la actual economía egoísta. No quiero esperar a que colapse el planeta, a que se acaben los peces, los árboles y las lluvias para trabajar por acabar con la actual civilización egoísta.

 

Quisiera construirme un futuro junto con mi comunidad en la economía solidaria y ecológica, un futuro de Empresas Solidarias de Bienestar Común (algo más que las llamadas “empresas sociales” o sin fines de lucro) Especialmente diseñadas para dar trabajo a todos esos ilustres desempleados, condenados a la desesperación por el actual sistema egoísta sin futuro.

 

¿Te gustaría ayudar a convertir el fracaso del altruista en éxito y el éxito del actual sistema egoísta en fracaso?

 

 

 

Alejandro Sánchez

 

1 comentario

Mónica -

Alejandro, cuanta verdad! no creas, no estás solo, a mucha gente nos pasa lo mismo y además tenemos que sufrir la humillación de los que ostentan cargos públicos sin merecerlos en lo más mínimo porque su capacidad intelectual no les permite. fijate quienes fungen de asesores en las distintas entidades públicas. salvo excepciones, la mayoría ni siquiera pueden pensar. Es por eso que no se estan rompiendo esquemas que hace tiempo debe hacerse. hay que cambiar el famoso "pienso", pero para ello hace falta actitud. actitud innovadora, no ideologías.