Blogia
altermediaparaguay

La guerrilla internalista impide la proyección nacional hacia la transformación

Casi un mes sin escribir mi diario y con un retraso de días en mi boletín mensual de ecología social, todo por querer cumplir con trabajos voluntarios de investigación social. Voluntarismo y precariedad son los elementos de la ciencia y la educación en Paraguay, lo van a seguir siendo al menos por 10 años más, hasta que la estructura política tradicional en Paraguay colapse (tradicional en lo clientelista, prebendario y en la masificación del fanatismo impulsivo antes que en criterios de análisis político), el colapso se inició con Fernando Lugo, pero su falta de liderazgo político realmente progresista y sus ataduras mentales de un ex obispo cortado por una “diplomacia y discurso obispal” retrasan más ese colapso. Un golpe realmente duro al tibio cambio que impulsa Lugo lo es el veto a la ley de pensión para adultos mayores, motivada supuestamente por la falta de recursos financieros. Ciertamente los fundamentos económicos son válidos, por la suspensión del impuesto a la renta personal, pero los fundamentos sociales son insuficientes. Esta es una oportunidad de oro para los retardatarios y lo van a demostrar en el Parlamento. Quizás la salida esté en un nuevo sistema financiero trasparente con el combustible venezolano y una mayor policía fiscal sobre grandes empresas, sobre exigiendo a los fiscalizadores del Ministerio de Hacienda. Esto último requiere una gran capacidad de liderazgo político para soportar los ataques de un sindicalismo prebendario.

 

En lo ecológico el desastre está servido, la segunda ola de la revolución verde, con sus sojales y monocultivos de kilómetros y kilómetros, han borrado toda la selva atlántica paranaense a comienzos de los 1990’s, no es coincidencia que en ese mismo año se inicie un proceso de pérdida de lluvias. El modelo agroexportador está colapsando y las caídas de hasta el 50% en la producción por la sequía, serán la constante, salvo años de inundaciones, malaria, dengue y fiebre amarilla. Esto no lo van a entender jamás los oligarcas, hasta que sus hijos y nietos enfermen y mueran de dengue y otros.

 

Al respecto, una entrevista al Doctor en economía Jorge Beinstein, de la UBA, es clarificante, la crisis económica actual no es económica, sino ecosistémica. El capitalismo ha llegado a su fase terminal, ya no es sostenible. La única salida posible es la radicalización pragmática hacia una profunda transformación que vaya del capitalismo al ecosociodesarrollismo o ecosociodesarrollo. Latinoamérica más que nunca está en una coyuntura excelente para dar ese salto de cambio estructural y no simplemente de reformismo; gracias al avance de los gobiernos progresistas y de mecanismos regionales de estabilidad democrática. Incluso el gobierno de Fernando Lugo puede dar ese salto, al menos en el discurso, a modo de pedagogía política. Pero es justamente eso lo que no está sucediendo, es eso lo que justamente está ausente, lo que justamente está negado. En cambio, a fuerza de trayectoria de vida, Lugo sigue la línea obispal de falta de compromiso semiótico unívoco. No se habla de usar un lenguaje revolucionario y agresivo, sino de un compromiso semiótico que no dé lugar a dudas sobre el sendero de las transformaciones esenciales.

 

A nivel local la crisis se profundiza por la radicalización en el conservadurismo, en la repetición amplificada de errores sistemáticos que algunos actores políticos realizan, seres humanos a quienes aprecio pero con los que inevitablemente tengo que disentir, cueste lo que me cueste. La desesperación en una lucha internista los lleva a caer en los brazos de los reaccionarios, de aquéllos que apuestan al retroceso y al rompimiento democrático. La acostumbrada apatía ciudadana los justifica por demás. Les falta, como a Lugo, capacidad de innovación pragmática, sobre todo capacidad de consenso para una gobernabilidad mínima, basada en la creación de un espacio de trasparencia y confianza compartido con la escasa pero pujante ciudadanía activa no electoralista. En cambio terminan en una competencia por ocupar cargos públicos como si de campos de batalla se tratara. En esa guerrilla politiquera los ciudadanos perdemos. Lamentablemente en esto tiene su aporte Fernando Lugo al no saber facilitar la creación de de ese necesario espacio político de trasparencia y confianza que indefectiblemente debe ser coordinado por la ciudadanía no electoralista.

 

Los retardatarios se benefician del caos que crean los principales aliados de Fernando Lugo, tanto a nivel nacional como local. Los sectores del progresismo radical no están en una situación muy diferente, pero dan muestras de integración con el Congreso Unificado Político y Social.

 

Es la crisis del individualismo, de la desintegración social alienante en la que está postrada la sociedad paraguaya, crisis que obstaculiza la creación y práctica de estrategias de adaptación a La Revolución de Gaia.

 

 

Abogado Alejandro Sánchez

Activista de Derechos Humanos y Ecologista

Pacifista Solidario Internacional

 

0 comentarios