NACER Y MORIR EN PARAGUAY
No hace mucho un noticiero de televisión en Paraguay transmitía en vivo y en directo la muerte de infantes por la falta de un adecuado sistema de atención médica pública. Horrorosamente la teleaudiencia veía como médicos con escasos recursos intentaban sostener la vida de infantes menores de cinco años, afectados en su mayor parte por enfermedades respiratorias; fortalecidas por el Cambio Climático que se expresa en sequía general en Paraguay.
Tal transmisión informativa (no la transmisión de las enfermedades ni los niños en sí) encendió discursos rimbombantes y estriónicos de parte del presidente Nicanor Duarte Frutos. Se cambió al ministro de salud, se cambiaron a directores de centros de salud, se maquilló mejor a las enfermeras y se intensificó por televisión la entrega de aparatos médicos para terapia intensiva. Por supuesto, todo para la televisión y algunas hurras de funcionarios públicos bien remunerados y poco competentes en sus cargos.
La cifra de diez niños muertos por día, por falta de atención médica adecuada, disminuyó pasajeramente como un pequeño claro en una tormenta gris y sombría. Pasaron las internas electorales del partido de gobierno, la televisión dejó de transmitir niños agonizantes en vivo y en directo y todo volvió a esa normalidad rara a la que muchos paraguayos intentan acostumbrarse.
Pero las muertes no pasaron, solo acabaron hasta donde los medios televisivos de información alcanzan. En el interior del país la muerte de niños, por falta de atención médica, es constante y no ha disminuido en nada. Es así que el periódico capitalino La Nación de Paraguay, en fecha 23 de Agosto del 2006, informa brevementre que Un bebé murió por no ser atendido en hospital del Sur y la parte central de dicha informacion comunica que:
La criatura de nombre Juan David, de tres meses, falleció en el Hospital Regional de Encarnación en la madrugada de ayer, y según denunciaron los familiares, fue porque no recibió una atención oportuna en dicho centro asistencial, donde fue derivada del hospital distrital de María Auxiliadora.Su madre, Marina Benítez, de 24 años, muy apenada y llorando, se sentó varias horas sobre la muralla del Hospital Regional con su hijo muerto en brazos. La desconsolada madre manifestó que el lunes llegaron al hospital sureño, cerca de las 11 de la mañana, y recién a la tardecita le atendieron a su hijo, pero ya era demasiado tarde y no le pudieron salvar la vida. "Casi cuatro horas después le atendieron a mi hijo, yo les dije a los médicos, que le veía muy mal a mi hijo, casi ni respiraba, pero no me atendieron y después cuando le atendieron ya me dijeron que se iba a morir, y cómo no iba a morir si él ya no tenía ni un remedio y no le atendieron"
Además, el diario capitalino abc color de Paraguay, en la fecha ya citada, también informó que Se demora terapia infantil en S. Lorenzo informe que menciona que “Hace dos meses se anunció que una cama para recuperación de niños o bebés que hayan sido sometidos a cirugías cardiacas sería habilitada en el Centro Materno Infantil de San Lorenzo. Sin embargo, a dos meses del anuncio la unidad sigue sin funcionar.” con lo cual ni las promesas televisadas llegan a realizarse. Y este tipo de hechos no son extraños ni ajenos a la realidad de la gente en el interior del país, forman parte de esa rara normalidad con que conviven los paraguayos. Mientras en la capital, ciudades aledañas y toda zona hasta donde alcanzan cubrir las cámaras de televisión sin altos costos, se informa y se priorizan graves problemas como el de la basura patológica y el de los vertederos contaminantes del ambiente. Problemas gravísimos que prueban el abandono y el caos con que viven los paraguayos gracias a un gobierno totalmente descarado y hambriento por lograr una reelección que solo permitirá que mueran más niños en Paraguay.
En medio oriente se usan bombas inteligentes para matar niños. En Paraguay solo se necesita un gobierno corrupto e inhumano para lograr lo mismo.
Alejandro Sánchez
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