Contraataque del Gobierno de Lugo A La Narcomafia
Los militares controlan Pedro Juan Caballero tras el atentado
Los efectivos de las Fuerzas Armadas comenzaron a trabajar ayer en Pedro Juan Caballero e iniciaron los cateos en diversos puntos del Amambay. Los reclamos motivaron la llegada de los uniformados.
Por Bernardo Agustti PEDRO JUAN CABALLERO Al fin y luego de varios reclamos de la ciudadanía ante la ola de inseguridad, en la víspera, poco después del mediodía, arribaron los 150 efectivos militares que fueron enviados por el Gobierno para reforzar la tarea dentro del marco del estado de excepción que impera en cinco departamentos del país y tomaron el control de Pedro Juan Caballero. Una vez que llegaron al Amambay, los militares comenzaron a operar con el apoyo también de la Policía. Los militares se instalaron por tiempo indefinido en esta capital departamental, y más bien será hasta que se calmen los ánimos, debido a que la población vive en zozobra ante los últimos hechos acontecidos. Los que llegaron desde la capital tienen como base operativa el destacamento militar ubicado sobre la ruta Quinta, situada a unos cinco kilómetros del casco urbano de Pedro Juan Caballero, desde donde se harán los relevos de hombres, porque los controles serán las veinticuatro horas. La presencia de los militares es bien vista por la ciudadanía, porque consideran que pueden brindar alivio ante la ola de hechos violentos que se suceden, y el deseo es que realicen patrullas por los diferentes barrios por donde los delincuentes operan y tienen sus guaridas. Los datos recogidos en uno de los lugares donde están instalados los miembros de las fuerzas militares indican que están distribuidos por varios lugares del territorio amambaiense, sin dar a conocer los puntos. LUGO EN EL AMAMBAY. El presidente de la República, Fernando Lugo arribó cerca del mediodía a Pedro Juan Caballero, para visitar al senador de la nación Robert Ramón Acevedo, quien logró sobrevivir a un atentado en el que perdieron la vida su chofer y un custodio policial. El jefe de Estado llegó al sanatorio San Lucas, donde permaneció por unos diez minutos, y al abandonar no brindó declaraciones a los medios de prensa, delegando esa responsabilidad al ministro del Interior, Rafael Filizzola, quien justamente hizo el anuncio de la militarización del Amambay, cuya promesa hizo el presidente a Acevedo durante la breve visita que le realizó, con previa escala en Concepción. PEDIDOS. Algunas personas que estaban en el sanatorio privado, donde sigue su recuperación el senador de la nación, gritaron a Lugo: ¡Presidente, traiga solución al departamento y no falsas promesas! Dijeron que necesitan tener seguridad para seguir trabajando tranquilos. "Haga algo, presidente, por nosotros, gritaron los presentes, pero el presidente Fernando Lugo, quien vino acompañado de los ministros de Obras Públicas, de Educación, de Salud y del Interior, no brindó ninguna respuesta a los presentes en el sitio. La pelea entre dos carteles por el poder genera constante violencia darambulo@uhora.com.pyLas dos organizaciones criminales involucradas en el tráfico de armas y de drogas poseen sus bases operativas en la zona fronteriza del país. Sus tentáculos se inmiscuyen en los diversos estamentos.
Las ciudades fronterizas con el Brasil ubicadas al norte sufren altos indicios de violencia permanente, por la puja del mercado de las organizaciones ilegales que operan en la zona. Existen brazos armados de dos carteles del Brasil, estos son el Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho (CV).
Estas organizaciones se dedican al narcotráfico, armatráfico y lavado de dinero. Tanto el PCC como el CV tienen bien definido dónde enviar sus mercancías, a São Paulo y a Río de Janeiro, respectivamente.
Sus principales zonas de influencia para el tráfico están también relacionadas con las principales zonas de cultivo de marihuana. "Estamos afectados por las dos ciudades grandes del Brasil, como São Paulo y Río de Janeiro, y estos grupos están operando en Pedro Juan Caballero, Capitán Bado, Salto del Guairá e Itakyry", señaló Miguel Chaparro, director general de Operaciones de la Senad.
Todos los enfrentamientos de estos dos grupos se producen por el dominio de la ruta, por la oferta y la demanda de la marihuana. Si bien en Paraguay no se produce cocaína, somos un país de tránsito para el Brasil.
La violencia también se genera cuando existen pequeños marihuaneros que intentan entrar al mercado, abaratando el costo, y por ende mejorando la oferta y perjudican así los intereses de los carteles. "Cuando otro ofrece por menor dinero más cantidad de marihuana, a ese le borran directamente del mapa. Hay muchos que se iniciaban en ese tipo de negocios que aparecieron todos muertos", comenta Chaparro.
Los carteles son los encargados de matar por ganar el mercado, los encargados de cuidar todo el tránsito de mercancías para que lleguen a destino. Para esto, cada organización tiene su jefe en la zona fronteriza para la formación de cuadrilla, que no es otra cosa que el reclutamiento de soldados fieles a su bando.
Tanto el PCC como el CV son los encargados de abastecer al Brasil de armamentos y drogas, traficando armas de grueso calibre, entre ellas ametralladores como AR-15, M4 y Galil, según informaron en la Senad. Los principales jefes de estos carteles son Fernandinho Beira-Mar, del CV carioca, y Marcos Willians Herbas Camacho, "Marcola", del PCC paulista.