La Salida de Pablino Cáceres de la SAS por motivos partidarios, ¿da esperanza de cambio?
Mi tiempo es escaso, mi mirada es lejana y mi vida es ahora.
No entiendo mucho, mas lo que entiendo es que Pablino Cáceres, un ex sacerdote y actual Ministro Secretario de Acción Social, a quien tengo estima por ser un amigo de años, supuestamente sería removido de su cargo solo porque no goza del agrado de algunos líderes político partidarios.
Dejando lo subjetivo, ¿acaso la gestión social del gobierno de Lugo es su talón de Aquiles? ¿Acaso Cáceres ha fallado en su labor de paliar la situación de extrema pobreza de miles de familias?
¿O acaso importan más cuestiones de "militancia" y activismo electoralista que el sostener el proceso de mitigación de la pobreza?
¿Acaso con los resultados objetivos de mitigar la pobreza y por tanto eliminar el prebendarismo de la politiquería tradicional, acaso con esos resultados no se estarían fortaleciendo propuestas políticas y electorales no tradicionales?
¿O cómo se pretende innovar reptiendo los mismo vicios de anteponer los intereses partidarios por sobre el buen servicio público?
Cuando estás en desventaja de fuerzas, nunca luches contra el más fuerte con las mismas armas que él ya tiene.
Este tipo de pensamientos los encontramos tanto en Tzun Tzu como en Von Clausewitz, pensadores sobre la esencia de las estrategias.
Ellos de antes dieron cabida a las "Técnicas para desarrollar un pensamiento creativo "
Cáceres demostró que puede negociar con el Parlamento por su condición de no vincularse abiertamente con un sector político partidario. Es decir, su condición de no militancia es lo que le permite hacer la mejor militancia: Quitar a los pobres de las garras del prebendarismo.
¿Necesitamos que ciertos sectores del progresismo político en Paraguay repitan los esquemas tradicionales?
Si lo hacen, el 2013 es el final del proceso de cambio en Paraguay.
En momentos en que el proceso está muy débil, lo último que se necesita es que los que impulsan ese proceso estén divididos y persiguiendo a los que justo hacen bien trabajos claves como el de la Acción Social. Sería como La Revolución Mexicana, una suma de consignas e ideologías que en los hechos da pie a un proceso sin rumbo y con una muerte súbita para el 2013.
¿Acaso cuesta tanto apostar al diálogo reflexivo antes que al debate?
O quizás necesitamos más prácticas reflexionadas que ideas abundadas.
Veremos si el proceso se pierde en rumbos contradictorios y dobles o por el contrario, se aprende a dejar de lado las discusiones para ir hacia una divergencia integradora y más creativa.
Alejandro Sánchez
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