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El Agua Potable En Paraguay

 

El Acuífero Patiño sufre los males de un caótico crecimiento urbano

 

 

Usamos más agua de la que entra al Acuífero Patiño, nuestra fuente principal en los alrededores de Asunción. Su contaminación y sobreexplotación nos recuerdan que todo cambió caóticamente en los últimos 30 años. Con esta, arrancamos una serie de notas sobre el fenómeno.


El agua, abundancia que derrochamos en Asunción y sus alrededores. En otros puntos, su escasez es una de las principales causas de enfermedades y muerte.

Nuestra tierra roja, muy porosa, filtraba el agua de la lluvia alimentando su acuífero, una reserva de aguas subterráneas, con generosidad. Ahora, a sus venas las aguas llegan mucho menos. El frondoso follaje de árboles con gruesas raíces ha cedido territorio frente al acelerado asentamiento humano sin planificación.
El asfalto, los empedrados, el suelo cubierto de pisos impiden la absorción de las gotas de lluvia y se forman raudales que erosionan la tierra, la vuelven arcillosa, sin poros, aplacando su capacidad para realimentar el acuífero.
La tierra, al igual que el agua, forma parte de ese mundo caótico de urbanización 12x30 que disparó en la década de los ochenta, en coincidencia con un proceso de expulsión campesina acelerada, nos recuerda el sociólogo Tomás Palau.
En el campo, el algodón dejó de ser rentable y el monocultivo de los granos avanzó con mecanización, agudizando la deforestación y utilizando en la producción muy poca gente: un dato, entre otros factores, de la migración extraordinaria hacia zonas metropolitanas. Ahora somos un poco más de 2.000.000 de personas que habitamos entre Asunción y las ciudades vecinas asentadas sobre al acuífero: Areguá, Capiatá, Fernando de la Mora, Guarambaré, Itá, J. A. Saldívar, Lambaré, Limpio, Luque, Mariano Roque Alonso, Ñemby, Paraguarí, Pirayú, San Antonio, San Lorenzo, Villa Elisa, Villeta, Yaguarón, Ypacaraí e Ypané.
Ante este nuevo paisaje social y natural, en los ochenta aparecieron los aguateros que, en carritos y tambores de hojalata, repartían el agua casa por casa, como en los cincuenta, sesenta y setenta se vendía la miel en carretas. Luego brotaron las aguaterías (ahora más de 400 están asociadas en la Cámara Paraguaya del Agua), que, con caños precarios, sin desagüe fluvial y controles externos –sanitarios e infraestructurales– inexistentes, se convirtieron en la principal red de distribución del agua.

INDUSTRIAS

En este período también se disparan las plantas industriales de faenamientos, cervecerías, lavaderos, gaseosas y otros. Existen 360 pozos industriales registrados en la Secretaría del Ambiente, organismo encargado de tramitar los pedidos de registro y de otorgar permisos para explotar las aguas subterráneas. De estos pozos se extraen millones de litros de agua que luego son directamente comercializados o se utilizan para preparar los productos industriales.
En las actuales condiciones, entra mucho menos agua de lo que extraemos de nuestro acuífero. En el Acuífero Patiño ingresan en forma anual unos 175.800 millones de litros de agua y se extraen 249.000 millones (dato del 2005), arrojando una diferencia negativa (lo que en economía denominan déficit) de 73.200 millones de litros, según el último estudio de “políticas y manejos ambiental” del Acuífero Patiño, publicado el lunes último. Si se sigue con esta inercia, en el 2035 habremos usado 60 metros del total de la reserva, lo que pondría en difícil situación a ciudades donde las vetas de agua son menos profundas. Es que por esos años habitaríamos estas zonas más de cuatro millones de seres humanos.

En ningún estudio realizado se han podido comprobar la profundidad del acuífero ni la cantidad total de la reserva, lo que nos dificulta determinar con precisión matemática la proyección de vida, si de sigue en las mismas condiciones de utilización. En el último estudio (en el centro del acuífero, el lugar más profundo) se llegó a penetrar hasta 400 metros, sin tocar fondo, de acuerdo con el informe del ingeniero Andrés Werhle.


CONTAMINACION

Sin tratamiento previo, solo el 22% del total de las aguas del Acuífero Patiño es apto para el consumo humano, de acuerdo con un estudio hidrogeológico elaborado por el Senasa en el 2000. Una tesis de grado del 2006, presentada en la Universidad Nacional de Asunción por los ingenieros Claudia Crosa y Sergio Cardozo, confirma que la contaminación de las aguas del acuífero se produce en mayor grado en las localidades más habitadas.

Las amenazas principales de contaminación son las curtiembres, gasolineras, talleres automotores y metalúrgicos, los fertilizantes de origen orgánico y las aguas negras de pozos ciegos.

Hasta aquí una aproximación al estado de este recurso tan esencial.
En las próximas notas abordaremos a profundidad las consecuencias de la contaminación y de su posible agotamiento, para discurrir luego hacia los planes de gestión para su uso adecuado y los principales inconvenientes de ponerlos en práctica.


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Próxima entrega: Niveles de contaminación
Por Julio Benegas Vidallet y Aristides Ortiz

 

 

 

 

Agua: un futuro de escasez y conflictos en el planeta

 

Meses atrás, el Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reveló un dato preocupante: para el 2025, 1.800 millones de personas sufrirían grave escasez de agua si continúan los niveles de consumo actuales. Esta preocupación se vuelve alarmante si tomamos en cuenta las proyecciones demográficas de la población mundial: en el 2050, la tierra estaría habitada por más de 9.000 millones de seres humanos que necesitarán, sin espera alguna y todos los días, consumir agua para vivir.


Pero por qué alarmante si el 73 por ciento del planeta está cubierto de agua de océanos, mares, ríos, arroyos y lagos, sin contar el agua subterránea de los acuíferos y de los glaciares. Porque solo el 2,5 por ciento del total de agua del planeta es agua dulce, y porque los seres humanos solo consumimos (para uso doméstico, industrial y agrícola) agua dulce. Además, un pequeño dato: el agua es un recurso agotable, finito, sin posibilidad de renovación, lo que contradice el prejuicio de la gente de que el agua no se acabará nunca.

Así, el agua dulce está en el primer lugar entre los problemas del medioambiente que amenazan a la humanidad en el siglo XXI, incluso por encima del calentamiento global y de la destrucción de los bosques tropicales. Esto hace que sea una prioridad política, económica y social de los Estados serios del mundo, y un motivo de conflicto dentro de los ellos y entre ellos, empresas multinacionales y organizaciones sociales por acceder al líquido vital.
Un ejemplo cercano de conflicto por el agua fue el denominado “La guerra del agua”, ocurrida en Cochabamba, Bolivia. La empresa Internacional Water UK, subsidiaria de la poderosa multinacional Bechtel, recibió los derechos de administración y distribución del agua potable con todas la prerrogativas imaginadas: fijación de precios muy elevados y prohibición de no perforar pozos particulares. Las restricciones a la población para el consumo del agua hizo que en abril del 2000 miles y miles de cochabambinos enfrentaran a las fuerzas públicas del Estado boliviano, arrojando decenas de muertos. La guerra terminó con la derrota de Bechtel, y se derogó la ley que le otorgó la concesión y la vuelta de la administración del agua al sector público.

Las grandes amenazas contra el agua dulce en el planeta provienen de la ignorancia de la gente en su uso, de la ineficiencia de los Estados en su administración y de la intención de las empresas de lucrar sin medida con ella.

Próxima entrega: Niveles de contaminación

 

 

Es nulo el control del agua que se consume alrededor de Asunción

 

Aunque solo el 22% es apto, el agua que consumimos en los alrededores de Asunción, extraída del Acuífero Patiño, carece de control estatal. Todo “huele” a contaminación, pero los resortes jurídicos e institucionales se enredan en las justificaciones burocráticas y económicas.


Todos los cambios de la aceleración urbana los vivimos sin planificación. Y no solo los seres humanos somos víctimas, sino también el mundo que nos rodea.

“El agua tiene un color oscuro y un sabor raro”, comenta Olga Benítez. Ella vive en Fernando de la Mora, y así como sus cuatro hijos, bebe diariamente el agua proveída por una aguatería privada de la zona.

Olga sabe que mensualmente debe pagar la cuota por el agua que recibe, pero no sabe de dónde se extrae esta ni por qué tipo de tratamiento pasa hasta llegar a su familia.


Solo Asunción, mediante la proveedora estatal Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), se abastece del río Paraguay. Los demás municipios de Central y parte de Paraguarí lo hacen del Acuífero Patiño, ya que viven en su área de influencia. Estas localidades se proveen de agua mediante redes de juntas de saneamiento, aguaterías privadas o pozos domiciliarios.


Los niveles de contaminación
Un estudio hidrogeológico del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa), dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, detectó, en el año 2000, que el 78% de las aguas del Acuífero Patiño no era apto para el consumo doméstico sin tratamiento previo, a causa de sus niveles de contaminación.
Sin embargo, ninguna institución regula ni controla la explotación de las aguas subterráneas, a pesar de que el Ente Regulador de los Servicios Sanitarios del Paraguay (Erssan), el Senasa y la Secretaría del Ambiente (Seam) son las encargadas de esta labor.
“La explotación de agua subterránea es realizada sin ningún control. Las instituciones como el Senasa y la Seam no tienen el marco jurídico adecuado para implementar medidas apropiadas para el control, regulación o protección de los acuíferos”, resalta el último informe sobre “Políticas y Manejo Ambiental de Aguas Subterráneas en el Area Metropolitana de Asunción-Acuífero Patiño”.
El estudio también dice que “no existen un eficiente control y fiscalización debido a las limitaciones presupuestarias en la autoridad de aplicación, Seam”.

De acuerdo a lo detectado en la tesis de grado del 2006 de la Ing. Claudia Crosa y el Ing. Sergio Cardozo, por la Universidad Nacional de Asunción, muchas de las contaminaciones son locales. Esto evidencia problemas con perforaciones o cuidados de los pozos. Según técnicos del Senasa, los permisos son otorgados a veces sin los mayores niveles de control, y, una vez habilitados, los centros de distribución de agua no son controlados por las entidades competentes.


“Existe un problema de articulación entre las diversas instituciones encargadas. A veces los problemas son por cuestiones políticas, que, cuando hay alguien que está haciendo bien su trabajo, es cambiado por otro, y entonces nunca se puede hacer nada”, comentó uno de los ingenieros del Senasa.


Otro problema que también se encuentra en el trabajo conjunto es la falta de presupuesto, ya que existen trabajos que se inician, pero que no pueden continuar por falta de recursos.

Contaminantes
El efluente (aguas servidas con desechos sólidos, líquidos o gaseosos que son emitidos por viviendas y/o industrias) generado por la población que vive en el área del Acuífero Patiño es uno de los mayores responsables de poner en riesgo esta reserva de agua subterránea, con vistas a su utilización como manantial de agua potable, según el Ing. Hugo Ruiz Fleitas, de Hidrocontrol S. A., consultora encargada del estudio presentado el 14 de mayo pasado.

En una síntesis, el ingeniero explica que esto se debe a la falta de adecuada cobertura de sistema de recolección, alcantarillado y disposición de los desechos. Además de los efluentes domésticos, también se caracterizan como una importante fuente de polución los efluentes industriales, en especial los de mataderos, industrias químicas, siderúrgicas, entre otras.


A mediano y largo plazo, las basuras de todo tipo (domésticas, hospitalarias, etc.) son también un peligro potencial para el acuífero.


Próxima entrega: El agua, un negocio redondo

Por Julio Benegas Vidallet y Arístides Ortiz
jbenegas@abc.com.py

 

 

Aguas negras llegan a las subterráneas

 

 

“La presencia de coliformes (bacterias) totales y fecales en gran cantidad de pozos nos da la pauta de la gran contaminación que se introduce al acuífero (Patiño) por las aguas residuales domiciliarias, ya que la cobertura de alcantarillado sanitario en la zona es mínima”, explica la investigación de la Ing. Claudia Crosa y el Ing. Sergio Cardozo.


Precariedad es la constante del auge demográfico. Una fábrica de miseria promovida por un sistema de saqueo que usa a la gente como caldo de prebenda.

En las muestras encontraron coliformes totales en un 40% de las muestras tomadas, un porcentaje mayor, y en mayor concentración con respecto al estudio del año 2000. Este dato indica que la contaminación está avanzando y que el aumento coincide con las zonas más densamente pobladas de la superficie del acuífero. La mayor contaminación se vio en las zonas de Asunción, Luque y San Antonio.

Aunque los coliformes no son precisamente derivados de actividades humanas, se debe tener cuidado, ya que es alta la probabilidad de encontrar coliformes fecales que son indicadores de contaminación fecal humana.

En un 34% de las muestras del estudio del 2006 se encontraron coliformes fecales. Estas bacterias, además de indicar la contaminación de las aguas con heces humanas, son responsables de muchas enfermedades como cólera, fiebre tifoidea, disentería, poliomielitis, hepatitis y salmoneolosis, entre otras.

Lo alarmante de estos datos es que, en la mayoría de las muestras, la concentración de las bacterias aumentó para el 2006, en comparación con el estudio del 2000. Y este aumento coincide con las zonas de mayor población. Si no se toman serias medidas, aumentarán las enfermedades por consumo de agua.

 

 

 

 

 

 

 

Vertedero municipal podría contaminar la microcuenca del Acuífero Guaraní

 

 

 

Un vertedero municipal instalado en la corona de un cerro del distrito de Capitán Miranda, amenaza con contaminar varias nacientes de agua de una microcuenca de su zona de influencia. Pobladores de la compañía Picada Boca, ubicada en el límite entre los distritos de Capitán Miranda y Trinidad, realizaron la denuncia del caso.


Fosa donde es arrojada la basura que no se puede reciclar, para el relleno sanitario de la Comuna.

ENCARNACION (de nuestra redacción regional). El vertedero está instalado en un predio de tres hectáreas adquiridas por la Municipalidad de Capitán Miranda, para el efecto. Dispone de un galpón y una fosa, para cuya construcción fueron derribados varios árboles ubicados en la corona del cerro. La tala ha comenzado a provocar el primer efecto indeseado, cual es la erosión del suelo en las zonas circundantes en la parte baja, según señaló el Dr. Roberto Borecki, vecino del lugar.

De acuerdo a los operarios que realizan tareas en el lugar, el vertedero comenzó a funcionar a fines de abril. Dos veces por semana, la Municipalidad deposita los residuos en el sitio. Tres personas que trabajan en el lugar seleccionan los materiales plásticos y otros los elementos reciclables y vendibles. El resto es arrojado en una fosa.

La serranía en la que fue instalado el vertedero domina una microcuenca, donde existen varias nacientes que pertenecerían al sistema Acuífero Guaraní.

Una naciente que forma parte de la microcuenca ubicada en zona de influencia del vertedero.

Los lugareños tienen el fundado temor de que las cristalinas aguas terminen siendo contaminadas por la basura.

Este vertedero es una amenaza para las nacientes que están en su zona de influencia. Necesariamente se producirá la filtración del lixiviado porque está en una zona más alta y el tipo de suelo es fácilmente permeable porque está constituida por tierra y piedra, sostuvo Borecki.

Por otro lado, el secretario del Ambiente de la Municipalidad local, Diosnel Curtido, indicó que no se trata de un simple vertedero de basuras, sino de un relleno sanitario. Agregó que, previo a su implementación, han sido realizados el estudio de impacto ambiental y el análisis físico-químico del suelo. Aseveró que no existe ningún peligro de contaminación. Comentó, que el consultor encargado del trabajo es el Arq. Luis Terwint.

Solamente lo que no se puede reciclar es arrojada a la fosa. Los residuos orgánicos que tienen mucho lixiviado son tratados adecuadamente; no se mezclan los productos orgánicos con otros elementos no reciclables, como vasos de yogurt, pañales desechables, entre otros, explicó.

 

 

 

 

Las abundantes aguas del Patiño son un regalo para las industrias

 

 

Alrededor de 360 empresas industrializadoras de agua, entre envasadoras de gaseosas, cervezas, leche, frigoríficos y lavaderos de vehículos, y más de 400 aguaterías privadas extraen del Acuífero Patiño millones y millones de litros de agua sin pagar un solo guaraní. Cervepar y Coca-Cola tendrían rentas netas que orillan los G. 500.000 y 300.000 millones anuales, respectivamente.


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Unos “bidones” de cerveza de Cervepar. Esta empresa vende mucha cerveza a base de agua extraída del Patiño.

Los siete pozos artesianos de la Cervecería Paraguaya (Cervepar), ubicados en la ciudad de Ypané, bombean incesantemente el líquido vital de las profundas cavidades del Acuífero Patiño, esa mancha de agua dulce subterránea que está debajo de Asunción, de los municipios del departamento Central y de parte del departamento de Paraguarí, y que abarca 1.773 kilómetros cuadrados. Una vez extraídas, las cristalinas aguas entran en el proceso de industrialización para convertirse en la refrescante (y embriagante) bebida que, en millones de litros envasados en botellas, será distribuida por todo el país.

LOS DULCES MILLONES DE LA CEBADA

Es razonable pensar que los propietarios de esta empresa están muy contentos con las ganancias. Según datos recogidos por esta investigación, Cervecería Paraguaya habría vendido en el 2006 alrededor de 2.000.000 de hectolitros de su producto. Si cada hectolitro equivale a 100 litros, Cervepar habría vendido 200 millones de litros de cerveza, apreciable cantidad que, multiplicada por lo que cuesta un litro del jugo de cebada, 5.000 guaraníes, nos arroja la astronómica suma de 1 billón de guaraníes que anualmente se embolsan los dueños de la empresa, que, descontado el costo operativo, podría estar dejando una ganancia neta de unos 500.000 millones anuales, más de la mitad de lo que nuestro Estado gasta efectivamente en Salud Pública.

El lector se dirá, razonablemente, que de aquella suma multimillonaria habrá que restar lo que el agua, extraída del acuífero y que es el 90% del producto, le costó a Cervepar. Y se equivocará: Cervepar vende al consumidor las aguas extraídas del acuífero a través de su producto, pero a Cervepar no le cuestan un guaraní aquellas aguas. Los cerveceros, así, estarán doblemente felices.

Pero esta y las demás cervecerías no solo extraen el agua para el producto en sí. También extraen agua para utilizarla en el proceso de industrialización.

La investigación realizada por Senasa, a través del consorcio brasileño-japonés CKC-JNS y la consultora paraguaya Hidrocontrol S. A., señala que, por cada 1.000 litros de bebida no alcohólica que se industrializan, se utilizan 2.600 litros de agua.

Así, Cervepar extraería cuando termine este año (200 millones x 2,6 litros) la cantidad de 520 millones de litros de agua del Acuífero Patiño. Espantosa cantidad, teniendo en cuenta que el Acuífero Patiño está siendo sobreexplotado, lo que abre la posibilidad de que se agote y nos quedemos sin su agua dulce.

LA COCA ES MUCHO MÁS RICA PARA PARESA QUE PARA LOS CONSUMIDORES

Los mismos cálculos aplicados a la extracción e industrialización del agua en Cervepar pueden aplicarse a la poderosa multinacional Paraguay Refrescos (Coca-Cola), puesto que, según informaciones de técnicos entendidos en la producción de esta bebida, Coca-Cola también estaría vendiendo hoy alrededor de 200 millones de litros a través de sus diversos productos, gracias a la bendita agua que sus pozos perforados en Barcequillo, distrito de San Lorenzo, extraen. Multiplicados estos 200 millones por un precio promedio de 3.000 guaraníes por litro de Coca, nos arrojan la hermosa suma de 600.000 millones de guaraníes, que, descontado el costo operativo, dejarían unos 300.000 millones que van al bolsillo de los miembros del consorcio chileno que hoy gerencia en el país este ícono del capitalismo, pero, claro está, remesando lo que corresponde a la matriz de los EE. UU.

El mismo regalo que reciben Cervepar y Paresa reciben las más de 400 aguaterías privadas distribuidas en el área de influencia del Acuífero Patiño: no pagan por una sola gota del agua subterránea que extraen. Según comentó Alberto Rivas, vicepresidente de la Cámara Paraguaya del Agua, los más de 400 socios registrados en la cámara trasladan al Erssan el 2% del importe que cada usuario paga a través de su factura por el consumo agua. Es decir, los usuarios pagan por el agua del acuífero, pero las empresas de agua no pagan.

Las 38 industrializadoras de agua asociadas a la Cámara Paraguaya de Agua Mineral tampoco pueden quejarse de las abundantes aguas del Patiño. Estas producen agua natural, mineral y con gas. En este sentido, Carlos Aquino, dirigente de la cámara citada, destaca que sus productos “son industrializados con todos los requisitos que exigen las leyes y reglamentaciones sanitarias, cuidando la salud de los usuarios”. Lo que no comenta Aquino es que el gran negocio de las aguas envasadas va teniendo una rentabilidad en progresión geométrica. Se estima que, entre bidones, sifones, botellitas, botellones y todas las formas de comercialización de agua envasada en el país, se venden alrededor de 100 millones de litros de agua anualmente. El mercado va creciendo a raíz de que las aguas proveídas por aguaterías privadas son cada vez más sucias y contaminadas.

Próxima entrega: Las normas y su aplicación

jbenegas@abc.com.py

 

 

 

 

Un vacío legal impide al Estado recaudar mucho dinero

 

 

Teniendo en cuenta nuestros cálculos sobre extracción y venta de productos de Cervepar y Coca-Cola descritos (ver material principal), si el Estado cobrase 10 guaraníes por cada litro de agua dulce que estas empresas estarían extrayendo del Acuífero Patiño, recaudaría recursos para inversiones sociales.


Si sumamos la cantidad de agua que ambas extraerían (1.040 millones de litros) y la multiplicamos por 10 guaraníes, nos arrojaría una suma un poco mayor a 10.000 millones de guaraníes, plata que se podría invertir en educación, salud, construcción de vivienda, financiación de la reforma agraria, por ejemplo. Pero hoy esto no es posible.

Elena Benítez, secretaria ejecutiva de la Secretaría del Ambiente, se queja: “Hoy no tenemos la ley para gravar el uso industrial de las aguas subterráneas. Ni tampoco para controlarlo ambientalmente. Y no podemos hacer nada…”. Y, agrega, entusiasmada, que espera la sanción del proyecto de Ley de Aguas que se estudia en el Congreso. Este proyecto es el que podría establecer la venta de las aguas subterráneas. Pero el lobby de los propietarios de las industrias del agua es intenso para impedir esta disposición en la ley.

En la Constitución del 92, contemplaron que las aguas superficiales son del Estado, pero no hicieron lo mismo con las aguas subterráneas que están debajo del territorio.

Sin embargo, recién en el año 2004 el Congreso modificó el artículo 1898 del Código Civil. Con esta modificación se agregó que, además de las superficiales, “…las aguas subterráneas son propiedad del Estado”. Aún así, no existe una ley concreta que organice reglamentaciones para el efecto: formas y cantidad de explotación, cuidado sanitario, tarifas…, etc. Y hasta hoy las subterráneas no pueden ser vendidas.

 

 

 

¿El agua es un servicio o un derecho humano?

 

 

Detrás de cada ley o acto humano atacado o defendido están la pugnas ideológicas, traducidas en discusiones conceptuales, debajo de las cuales subyacen intereses muy concretos. Así ocurre cuando se debe legislar un recurso natural como el agua, vital para cualquier ser vivo. No solo en este país, sino en todos los países.


En este contexto, los que quieren ganar dinero con la explotación y comercialización del agua defenderán la supremacía de la palabra “servicios”, puesto que este término significa que solo aquel que tiene dinero y puede comprar accederá a determinado producto. Sino, que se aguante.

En el otro lado estamos los que queremos beber y usar el agua para vivir y no para reproducir capital. Si por una de esas cosas muy ordinarias en este país no tenemos dinero y no podemos comprar el “servicio” agua, tendremos problemas, porque el agua no es como el petróleo o una patineta, es vital: si no la consumo, me muero. Así, el concepto derecho humano refiriéndonos al agua es más interesante que “servicios”.

Justamente el concepto de “El agua es un derecho humano” es el que impera en los tratados internacionales y en las constituciones de los estados, incluyendo el nuestro. Para poner el interés de la mayoría absoluta de los habitantes del planeta por encima de los intereses de los dueños del capital nacional y multinacional.

Pero las discusiones no pueden discurrir sin intervenirse seriamente en las políticas que atajen o prevengan su explotación caótica, sin fin.

Extrañamente, como muchas cosas que ocurren en este país, como la ley de reproducción sexual, la ley del agua es debatida en la soledad de los lobbys parlamentarios. Esta forma de tratarse cualquier bien esencial, como la salud, generalmente solo encuentra freno y el cerco de los intereses creados.

 

 

 

Desordenada explotación de un acuífero sin Estado ni control social

 

 

Millones de litros de agua perdidos por caños rotos. Industrias que vierten sus desechos sin tratamiento. Aguaterías que proveen agua sucia y sobrefacturan. Miles y miles de pozos ciegos construidos sin cumplir con los requisitos sanitarios. Todo esto ocurre sobre el Acuífero Patiño.


Una imagen repetida, en un país con un poder político que se mira el ombligo, la faltriquera, la coima o la comisión que puede sacar de cualquier emprendimiento público.

En el cruce de las calles Padre Landaida y Capitán Allen del barrio Palma Loma, Luque, brota a borbotones agua de un caño subterráneo que distribuye agua potable proveída por la Empresa de Servicios y Saneamiento de Agua del Paraguay (Essap). La presión y la cantidad del agua son tantas que se forma un cauce que baja raudamente la pendiente de la calle Allen.

Pérdidas de agua como la descrita se producen en centenares por las calles de Asunción y los municipios del área metropolitana. Caños rotos que, por la voluminosa cantidad de agua que desperdicia, dejan muchas veces sin provisión a los usuarios de la zona.

¿Cuánta agua se pierde en tamañas desidias gubernamental y ciudadana? Es muy difícil saber. Pero la titular de la Secretaría del Ambiente, Elena Benítez, ensaya que la pérdida está en alrededor del 45% del total de aguas proveídos por Essap. “De 7 a 10% se pierde en la planta de tratamiento de agua, en el proceso de limpieza de filtro; un 30% de pérdida en la red de distribución del agua potable –hablo de los caños rotos en las calles– y un 15 % que se pierde es agua no contabilizada, es esa agua consumida que no se mide porque los domicilios de consumo industrial o particular no tienen medidor. Este porcentaje es toda esa agua que no se paga, que no se registra, y que por lo tanto se pierde, 45% de toda el agua potable”, explica Benítez.

El 90% del suministro de Essap es capturado de las aguas del río Paraguay; la empresa estatal la potabiliza y luego la distribuye a sus usuarios. El resto de la provisión de agua se extrae del acuífero a través de 18 pozos, hecho muy cuestionado por varios especialistas. ¿Por qué explotar las aguas de reserva si el caudal del río es inmenso?, se preguntan.

AGUA SUCIA Y DE MÁS

La situación de más de 600 familias del asentamiento Villa Jardín del municipio de Limpio se convirtió en un calvario: desde hace más de un año la empresa de servicios de “agua potable” Aguas Paraguayas SA, concesionaria de la Essap, bombea agua directamente del riacho “San Francisco”. “El líquido que llega por sus tuberías es denso, de color terroso, con un olor espantoso…”, describe con rabia Carlos Riveros, poblador de Villa Jardín. Riveros agrega con impotencia que “a esto se suma la falta de bombeo de las cloacas desde hace más de seis meses, las sobrefacturaciones en más de 300%, la negativa al reemplazo de los micromedidores que rebasaron su vida útil establecido en siete años (estos ya están muy viejos, tienen entre 20 y 25 años)”.

Los usuarios organizados ya reclamaron al presidente de Erssan decenas de veces. A pesar de la evidente ineficiencia y violación de las reglas sanitarias y administrativas por parte de Aguas Paraguayas, la respuesta del ente es la completa inacción.

Este impune desempeño de Aguas Paraguayas SA es repetido por decenas y decenas de aguaterías privadas que no cumplen con los mínimos requisitos sanitarios y administrativos establecidos en la Ley 1614, la misma que crea a la Erssan. Aguas sucias, aguas con alto grado de acidez, de salinidad; aguas que contienen coliformes fecales o excesivo nitrógeno, sobrefacturaciones, retraso en la entrega de facturas. Todo pasa por el precario sistema de distribución y gestión de las aguaterías privadas.

AGUAS PODRIDAS...

Según los registros de Senasa, existen 36 vertederos de basura distribuidos en el área de influencia del Acuífero Patiño. Sus líquidos de descomposición orgánica penetran el suelo y llegan a las napas del agua subterránea.

Lo mismo ocurre con los incontables mataderos y curtiembres asentados en esta área: arrojan sus aguas contaminadas a los arroyos, ríos, lagos, tajamares o a simples cavidades subterráneas. Luego las aguas servidas, además de producir mortandad de peces, se infiltran en el reservorio.

A estos casos extremos de contaminación industrial deben sumarse muchas más producidas por una parte de las 360 industrias existentes en el área metropolitana, según registros de la Seam. Estas derraman sus residuos sobre el suelo del reservorio de agua dulce.

Próxima y última entrega: Todo lo que se puede o se debe hacer.

jbenegas@abc.com.py

 

 

LA PRESIÓN URBANA SOBRE LA NATURALEZA VA EN AUMENTO

 

 

El Patiño soporta una extracción anual de 249.000 millones de litros. De esto, 126.000 millones es para consumo doméstico, industrial y agrícola, mientras que 123.000 millones obedece a pérdidas naturales a través de los cauces de los arroyos que llevan aguas del acuífero a otras cuencas hidrográficas.


En contrapartida, 148.000 millones de litros de agua de lluvia ingresan al acuífero cada año, y 27.800 millones de litros son aguas usadas que retornan al reservorio infiltrándose a través de los poros de la tierra. Para este retorno, que asciende en total a 175.000 millones de litro, es indispensable proteger las áreas de recarga del proceso de urbanización: empedrados, pisos, asfaltos y edificios que bloquean los poros del suelo e impiden el ingreso del agua. Los niveles de contaminación van subiendo. Los especialistas coinciden en que la actividad humana local es la principal responsable del proceso de destrucción y agotamiento.

 

 

EL ESTADO COLORADO NO PUEDE CONTROLAR NI PROTEGER

 

La descripción general de los problemas expuestos muestran las complejidades del uso y consumo de las aguas del Acuífero Patiño. Este inmenso problema es abordado por organismos con las limitaciones ya propias de un Estado con sus formas administrativas y políticas agotadas. Ejemplos son la casi completa deforestación de los bosques y la entrega de nuestra riqueza hidroeléctrica a la Argentina y al Brasil.


El Ente Regulador de Servicios y Saneamiento (Erssan) tiene la gigantesca tarea de supervisar, regular y administrar el suministro de agua potable, sea superficial o subterránea, en todo el territorio nacional. Su herramienta es la Ley 1614, la misma que crea al ente y que le da amplias facultades sobre el uso y consumo de las aguas superficiales y subterráneas del Estado.

Secundan a Erssan el Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa) y la Secretaría del Ambiente (Seam), las cuales tienen facultades de regular la utilización de los espacios ambientales y punir su destrucción.

Por último, están las secretarías de medio ambiente de la Municipalidad de Asunción y la de la ciudad de Paraguarí, de las comunas de Central y de la Gobernación de Central, encargadas de tareas administrativas y de ciertos controles que afectan al acuífero.

Estos organismos del Estado están atravesados por una ineficiencia ya hoy muy propia de la burocracia colorada y una corrupción institucionalizada.

Estos dos ejes son las causas de las innumerables dificultades administrativas, financieras, de gestión y planificación de los organismos.

No obstante, estos sufren limitaciones reales en recursos humanos, presupuesto, infraestructura y una superposición de funciones y objetivos entre los entes encargados del agua y del medio ambiente.

 

 

 

Diputados tratan polémico proyecto de ley que pretende reglar el uso del agua

 

 

 

La Cámara de Diputados tratará esta mañana el polémico proyecto de ley de recursos hídricos, presentado por el senador colorado Bader Rachid Lichi, que pretende reglar el uso del agua en todas sus formas. El texto fue aprobado en dos ocasiones por los senadores y es casi un hecho que los diputados también lo aprueben, ya que tiene el respaldo de todo el bloque opositor.


Agustín Perdomo, diputado liberal.

A pedido del diputado liberal Agustín Perdomo, la Cámara de Diputados tratará esta mañana como segundo punto del orden del día el proyecto de ley de recursos hídricos presentado a mediados del año pasado por el senador colorado Bader Rachid Lichi. El texto ya fue aprobado por los senadores y después fue aceptado con modificaciones por los diputados, pero los senadores ratificaron su texto y ahora solo queda que los diputados acepten o rechacen el proyecto. Así como están las cosas, es un hecho que el proyecto sea sancionado, ya que tiene el pleno respaldo de la oposición.

El texto presentado por el senador colorado básicamente reglamenta el uso del agua en todas sus formas y hasta establece rigurosos controles en otros.

Esto preocupa a diversos sectores de la sociedad porque regula todo lo que hace al uso del agua y sobre todo porque este es un bien necesario vital para la vida. Además es sabido que, de acuerdo con todos los informes internacionales, el agua será causa de conflictos en un futuro cercano, por lo que la reglamentación del uso debe ser cuidadosamente analizada.

Las organizaciones temen que el excesivo reglamentarismo solo sea el camino mediante el cual se habiliten nuevos negociados. Además sospechan que mediante esta ley se prohibirá a los ciudadanos la utilización del agua para cuestiones hogareñas.

La Unión Industrial Paraguaya es una de las entidades más preocupadas. De hecho, pidió un dictamen al estudio jurídico Vouga & Olmedo Abogados, que -entre otras cosas- ha señalado la ambigüedad del proyecto y que podría ser utilizado para impedir inversiones en el país. “Es inobjetable la necesidad de atender la dimensión humana y ecológica en el uso de un recurso hídrico, pero habría que lograr esto con cuidado, sin sacrificar otros derechos y libertades igualmente importantes”, señala el dictamen. Los legisladores, en tanto, sostienen que lo único que se busca con el proyecto es salvaguardar los intereses de todos los sectores.

El proyecto de ley crea la autoridad de aguas al establecer el Sistema Nacional de Gestión de recursos hídricos que estará compuesto por la Seam, la autoridad nacional de aguas, el consejo nacional de aguas, los comités de cuencas hidrográficas y los órganos de los poderes públicos central y municipales, además de las agencias locales de agua.

 

 

Aparecieron muertos dos caballos y 14 vacas en la costa del río Paraguay

 

Al menos 14 vacas y dos caballos amanecieron muertos ayer en el barrio conocido como Banco San Miguel, en Tablada, presumiblemente intoxicados tras beber agua de una laguna en la zona. Tres de los animales vacunos fueron carneados y vendidos a comercios de la zona.

 

 

 

 

 

Vacas mueren envenenadas camino al Club Mbiguá

 

Un total de 13 vacas y 2 caballos murieron ayer al consumir el agua estancada en una zona del Banco San Miguel, acceso al Mbiguá. A las 15:30, una comitiva interinstitucional llegó al lugar para constatar el hecho, concluyendo que los animales consumieron agua contaminada, cuyo componente se determinará laboratorialmente.


Varias vacas y caballos murieron intoxicados. El consumo de la carne vacuna representa un alto riesgo para la población asuncena.

Inspectores de la Secretaría del Ambiente (Seam) y funcionarios del Laboratorio de Agua del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental (Senasa), dependiente del Ministerio de Salud Pública, realizaron un estudio del terreno y levantaron muestras del agua para su análisis laboratorial, cuyos resultados se tendrán entre hoy y mañana.

Conforme con los fiscalizadores de la Seam, los vecinos alertaron sobre la extraña muerte de los animales y atribuyeron a la contaminación por desechos industriales arrojados en la zona, principalmente en los humedales y la laguna.

INTOXICACIÓN MASIVA

Para el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Dr. Hugo Corrales, la mortandad de los animales se debería a una intoxicación masiva, de acuerdo a los primeros síntomas clínicos que presentaron las vacas y los equinos hallados muertos en el Bañado.

En la Seam resaltaron que las vacas fueron faenadas por algunos vecinos inadaptados aparentemente para el consumo y la venta.

La ingestión de esa carne puede provocar serios problemas de salud e incluso la muerte, según estimaciones de los intervinientes, que hacen un llamado a la conciencia de la población.

ANÁLISIS LABORATORIALES

A fin de determinar exactamente las causas, se extrajeron muestras de los animales que están siendo analizadas laboratorialmente y en las próximas horas se tendrán los resultados con los cuales se conocerán exactamente las razones que derivaron en la muerte del ganado, sostuvo Corrales.

Añadió que, según los informes primarios de los agentes del Senacsa que intervinieron en el caso, se hallaron gran cantidad de restos plásticos dentro de los animales muertos, por lo que una de las hipótesis que se manejan sería que los vacunos y los equinos consumieron algún producto que era del agrado de los mismos, pero que habrían estado intoxicados probablemente en los basurales de la zona. No se descarta también que haya sido la contaminación de las aguas de un pequeño tajamar del lugar donde aparentemente se vierten residuos de alguna fábrica, enfatizó.

Corrales explicó que, en base a las normas de procedimientos de sanidad animal, los animales muertos fueron puestos en una fosa para ser desnaturalizados y luego enterrados, para evitar cualquier propalación de agentes infecciosos.

 

 

 

El acueducto es toda una incógnita, porque no existe fuente de financiación

 

Promesas de todo tipo se han lanzado en relación al proyecto acueducto promovido por la Corporación Agua para el Chaco (Cach). Desde licencias ambientales casi inmediatas hasta fondos provenientes del Mercosur. Hoy la Cach prepara una licitación internacional, con concesión de servicios para 30 años.


Nicanor Duarte había anunciado en el Chaco la inclusión del acueducto en la lista de proyectos a ser financiados con fondo del Mercosur (Focem).

FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). La Cach fue creada el 29 de mayo de 2004, hoy la integran 15 instituciones públicas y privadas, entre ellas las tres gobernaciones del Chaco. Desde hace más de un año, en el seno de la Cach hubo anuncios de obtener la licencia ambiental en cualquier momento, como así también recursos financieros para la obra, a través de empresas internacionales.
Recién el 7 de marzo de 2007, la Secretaría del Ambiente (Seam) dio luz verde al proyecto. Ante la creciente crítica de otorgar una concesión por tres décadas para el manejo de la única fuente de agua segura en el Chaco, el acueducto, los gobernadores Erasmo Rodríguez (Alto Paraguay), Isidro Rousillón (Presidente Hayes) y David Sawatzky (Boquerón) solicitaron al presidente de la República, Nicanor Duarte, apoyo para el proyecto.
El 24 de enero 2007, el Presidente anunció que solicitará apoyo financiero “para el acueducto del Chaco“, del fondo de convergencia del Mercosur (Focem). El lunes 16 de abril, el ministro de Industria y Comercio José María Ibáñez dijo en Filadelfia que el pedido de apoyo para el acueducto ante el Mercosur “es prácticamente un hecho“, cosechando gran ovación de los presentes. Sin embargo, cuando el Paraguay presenta el 28 de mayo seis proyectos a ser financiados por el Mercosur, el acueducto no figura en la lista.
La financiación pública de este proyecto evitaría las concesiones, un modelo que ha sido favorecido desde un principio por José Gutiérrez (secretario administrativo de la Gobernación de Boquerón y coordinador general de la unidad ejecutora de la Cach) y Fernando Wiens (director general de la Cach y asesor del gobernador David Sawatzky).
Actualmente la unidad ejecutora de la Cach trabaja en una licitación internacionalmente, con concesión contractual para 30 años.

OTRAS PROPUESTAS

El 20 de abril 2007, el empresario Siegfied Penner presenta un estudio sobre provisión de agua potable para el Chaco Central, desde el acuífero Yrenda, en el noroeste chaqueño. El estudio fue elaborado por los hidrogeólogos norteamericanos Martín Mifflin y Cady Johnson. El 25 de mayo 2007, el Ing. Roger Monte Domecq (asesor de la Cach) y el Lic. Julián Báez divulgaron un documento, señalando que para el desarrollo de la región oeste chaqueña, el acuífero Yrendá es fundamental y por eso no es recomendable considerar un acueducto desde ahí para otras zonas.
Afirman que la Cach ya tiene un proyecto definido y “desviar la atención hacia un concepto de extraer agua del acuífero Yrendá, para abastecer al Chaco Central, con el muy limitado conocimiento del sistema hídrico, frente a la abundancia de agua superficial del río Paraguay, es poco acertado”.

Con este otro proyecto la provisión sera de 6.000 m3/día y las centrales de expendio son Puerto Casado, Loma Plata, Filadelfia y Neuland.

 

 

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